PARA EL HÍGADO
Ananthasana: Recostarse sobre el lado derecho en la posición del Sueño infinito de Vishnu. Iniciar Kapalabhati Pranayama o Respiración de Fuego, inhalando y exhalando vigorosamente por la nariz durante al menos cinco minutos. Este ejercicio trabaja el meridiano del hígado estimulando su regeneración. Gomukhasana: La postura de la Cara de Vaca es una de las mejores para el tratamiento de la cirrosis. Cuando se sufre de cirrosis hepática, la oxigenación y el flujo sanguíneo se ven entorpecidos con tejido cicatricial. El hígado se vuelve incapaz de eliminar las toxinas y bacterias patógenas y metabolizar las grasas. Al practicar esta asana, el hígado se estimula, asegurando de este modo que el oxígeno y la sangre fluyan libremente a través de él. Dhanurasana: La postura del Arco funciona muy bien para las personas que sufren de la enfermedad de hígado graso. Estimula, refuerza y extiende el hígado, y los depósitos de grasa que se utilizan como una fuente de energía para el cuerpo. Ardha Matsyendrasana: También conocida como el Rey de los Peces, se sabe que esta postura es altamente beneficiosa para el hígado, pues la torsión hacia la derecha ayuda a ejercer presión sobre el hígado, que a su vez se fortalece y estimula. (Con información de adharayoga.com, es.hair-action.com y nutritionstudies.org)