La cultura y Sergio Mayer
Esta es una historia de lo más extraña. Los señores del Partido Encuentro Social (PES) habían sido designados como las cabezas de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados.
Inmediatamente cundió el pánico y muchas personas se manifestaron en contra.
¿Por qué? Porque el PES ya no existe. Perdió el registro. Y, peor tantito, dicen que sus integrantes, por ser cristianos, son ignorantes, homofóbicos y conservadores.
Yo no sabía que para pertenecer a este grupo había que ser ateo, miembro de la comunidad LGBTTTI y tener doctorado en filosofía.
Para no hacerle el cuento largo, ocurrió un milagro: le quitaron esta comisión al PES y se la dieron a Sergio Mayer.
Como Sergio es una figura pública con amplia trayectoria en el medio del espectáculo, las cosas se pusieron peores: memes, insultos, a buscar las fotos más grotescas de los archivos, a recordar chismes de antaño.
Perdón pero aquí todo está mal. Primero, ¿por qué ser cristiano tiene que ser sinónimo de puras cosas malas? ¿De cuándo a acá la gente vale más o vale menos por su religión?
No sé usted, pero yo tengo amigos cristianos que son cultísimos, que han luchado como pocos por los derechos humanos, por la comunidad LGBTTTI y que poseen una apertura mental que ya la quisieran muchas personas.
Ni usted ni yo ni nadie tenemos una bola de cristal como para saber lo que el PES hubiera hecho en esa comisión. ¿Por qué el rechazo?
Segundo, ¿por qué Sergio Mayer tiene que ser malo en automático? Ni siquiera ha empezado a trabajar.
¿A poco toda la gente que trabaja en el medio del espectáculo es estúpida? ¿Quién le dice a usted que el señor, por venir de donde viene, no nos va a sorprender? ¡Quién!
Estamos cometiendo el mismo error. Nosotros, que nos las damos de muy incluyentes, de muy democráticos y de muy de avanzada somos incluyentes, democráticos y de avanzada cuando nos conviene.
Los actores, las modelos, los cantantes, las encueratrices, los futbolistas y las corredoras de este país son tan mexicanas y tan mexicanos como usted y como yo, tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones, y están en las mismas posibilidades de representarnos a todos en la política.
¡Ahora resulta que nuestro nivel de exigencia es altísimo! Si así fuera, dígame, ¿quiénes fueron las últimas tres personas que estuvieron en el lugar de Sergio Mayer? ¿De dónde venían? ¿Cuáles fueron sus aportaciones?
Lo escandaloso de esta historia no son ni Sergio Mayer ni el PES, es nuestra intolerancia. Ni venir del espectáculo (o del deporte) es sinónimo de fracaso ni ser intelectual es sinónimo de éxito a nivel político.
Dígame usted, por ejemplo, cuál es legado de los pocos o de los muchos intelectuales que han ocupado cargos públicos en los últimos sexenios. ¿Qué hicieron además de cobrar?
Ni todos los hicieron bien ni todos lo hicieron mal, pero cuidado con los prejuicios.
Vamos a esperar a ver qué pasa aquí y, lo más importante, vamos a informarnos qué es lo que hace la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados.
Porque, contrariamente a lo que algunas personas han insinuado en los últimos días, estos señores ni hacen películas ni montan exposiciones ni dan becas. ¿O sí? M