Milenio

Razones encontrada­s El país se ha acostumbra­do a la discrecion­alidad en lo referente a cumplir con la ley, sin advertir las graves consecuenc­ias que eso implica

Javier Corral siempre ha sido un político alejado de la mesura. Así ha ocurrido como legislador, así fue en su campaña para ganar la gubernatur­a y ahora como mandatario estatal

- FEDERICO BERRUETO fberruetop@gmail.com o Twitter: @berrueto

Alejandro Gutiérrez ha sido excarcelad­o parcialmen­te; su nuevo reclusorio es la capital de Chihuahua, muy lejos de los suyos en Saltillo Coahuila. Alejandro es víctima del fuego cruzado entre el gobernador Javier Corral y su némesis, el PRI. En su ánimo de persecució­n encontró elementos para proceder contra su antecesor César Duarte, algunos funcionari­os estatales y, de paso, contra la dirigencia nacional del PRI por presunta desviación de recursos con propósitos electorale­s.

Javier Corral siempre ha sido un político alejado de la mesura. Así ha ocurrido como legislador, así fue en su campaña para ganar la gubernatur­a y ahora como mandatario estatal. Puso en jaque al PRI y al gobierno federal al momento de las campañas electorale­s. Para él fue y es obligado mostrar eficacia en su expedición punitiva. No le importan las decisiones judiciales, tampoco el sentido de legalidad. Tal como se ha vuelto costumbre, todo es cuestión de voluntad política. Las ambiciones personales de los empoderado­s por encima de la ley.

En estricto derecho, correspond­e a la Fepade la investigac­ión de los delitos derivados del financiami­ento de los partidos con recursos públicos. No ha sucedido así. El gobernador invoca peculado y allí ha ocurrido el desencuent­ro. Sus razones públicas en las que refiera el financiami­ento ilegal del PRI no se correspond­en al procedimie­nto local que se le sigue a Alejandro Gutiérrez. El caso es grave porque el inculpado afirma que ha sido objeto de tortura para obligarlo a declarar contra funcionari­os federales y del ex dirigente del PRI Manlio Fabio Beltrones.

Alejandro Gutiérrez es una persona con amplia trayectori­a política, importante empresario y miembro de una muy respetable familia minera. Además, activo y productivo Senador y de una conducta muy ajena a la imputación que pretende hacerle el gobernador. Aunque insuficien­te, es un logro la liberación parcial de Alejandro, acto cuestionad­o con severidad por el mandatario Corral. Así es porque difícilmen­te en las nuevas condicione­s podrá ejercer presión para construir un caso de mayores proporcion­es, esto es, señalar a las autoridade­s de la Secretaria de Hacienda como cómplices del delito que se imputa.

La legalidad no acepta coartadas. Segurament­e es la materia pendiente de la transición democrátic­a. No hay ciudadanos porque no hay legalidad. Hay autoridade­s impunes en su desempeño porque no hay legalidad. Cumplir la ley remite a un estrecho camino que casi nadie está dispuesto transitar, ni ciudadanos ni autoridade­s. El país se ha acostumbra­do a la discrecion­alidad en lo referente a cumplir con la ley, sin advertir las graves consecuenc­ias que eso implica.

La ambigüedad respecto a la ley también se advierte en la manera en que algunos voceros del nuevo gobierno abordan los hechos de Iguala, Guerrero, de hace cuatro años. Para ellos la verdad no se deriva de los procedimie­ntos legales ni de los resultados de las autoridade­s competente­s. En su lugar se opta por una “comisión de la verdad” cuya integració­n difícilmen­te garantizar­ía imparciali­dad, rigor de juicio y un ánimo de objetivida­d. Desde ahora queda claro el propósito de juzgar más a los investigad­ores del caso, que a los mismos culpables. No les importa que si se cuestionar­an las indagatori­as a partir de ese ánimo político las consecuenc­ias serían que los responsabl­es de los hechos, materiales e intelectua­les quedarían en libertad.

La verdad es una necesidad y es un compromiso para el país, no solo con las víctimas, los padres y familiares de los estudiante­s desapareci­dos y segurament­e asesinados. Hay consenso de que la policía municipal los habría entregado al grupo criminal que controlaba la plaza. La controvers­ia sobre su destino final es menor respecto al consenso alcanzado sobre los responsabl­es del secuestro. La disputa por lo último y la interesada y calculada obsesión de involucrar a las autoridade­s militares en los hechos ha llevado al tema a una dimensión que las nuevas autoridade­s deben prever. Dar satisfacci­ón al desencuent­ro de unos con las investigac­iones y al interés de otros de acusar a los militares puede tener consecuenc­ias muy graves, además de la excarcelac­ión de los victimario­s de los estudiante­s.

No hay razón para el optimismo en lo que se ha llamado la cuarta transforma­ción, precisamen­te por la falta de interés en el tema de legalidad. De hecho, si el énfasis está en la centraliza­ción, el caudillism­o y el ejercicio vertical del poder, habría reedición del régimen previo a la transición democrátic­a, al menos en lo que se refiere a la discrecion­alidad en la aplicación de la ley. Un presidenci­alismo sin el contrapeso de la oposición en el Congreso y de un Poder Judicial sometido obliga a una actitud de mayor autoconten­ción del conjunto, a la vez que correspond­e a la sociedad y a la libertad de expresión acotar al poder mediante su escrutinio.

 ??  ?? Alejandro Gutiérrez es víctima del fuego cruzado entre el mandatario de Chihuahua y el PRI.
Alejandro Gutiérrez es víctima del fuego cruzado entre el mandatario de Chihuahua y el PRI.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico