FUE SU CLÁSICO
RAÚL GUDIÑO FUE LA FIGURA EN SU PRIMER AMÉRICA-CHIVAS; EL PORTERO DEL REBAÑO TUVO AL MENOS TRES INTERVENCIONES CRUCIALES, ENTRE ELLAS UN PENAL DE ÚLTIMO MINUTO QUE LE ATAJÓ A MATEUS URIBE, PARA DARLE LA IGUALADA A SU EQUIPO
Los penales son la maldición del América, una suerte que no se le da en los momentos cruciales. Anoche, las Águilas fueron incapaces de ganar el Clásico Nacional, tuvieron la ocasión de dar un golpe sobre la mesa, de tomar por asalto el liderato general, pero desde los once pasos volvieron a vivir una pesadilla, porque Mateus Uribe no fue capaz de doblegar en la última acción a un Raúl Gudiño, que pese a cometer el penal, fue el mejor de la cancha. Un 1-1 que le deja un sabor de boca glorioso a los tapatíos y uno muy amargo a los de Coapa.
Anoche, el héroe de esta edición del Clásico fue un portero que debutaba en estos escenarios y que le ganó el duelo a uno de los extranjeros que mejor presume América. Fue un partido con variedad de pulsaciones, con tintes de que el local fue mejor, pero que Chivas, pese a ceder la iniciativa, fue capaz de meterle una cuota de miedo al conjunto azulcrema, con una ventaja que surgió de un error arbitral, pero que obligó a las Águilas a volcarse.
Aunque contadas, hubo emociones en las dos porterías, pero en general fue un partido en el que El Rebaño mostró toda la intención de que su plan pasaba por cerrar cualquier espacio a los americanistas, algo que logró, porque en todo el primer tiempo Roger Martínez, quien salió como la referencia en ataque de los amarillos, pasó inadvertido.
América no varió en su planteamiento, salió con el que en apariencia es el mejor equipo del que puede disponer, con el objetivo de alcanzar el liderato y empezar a sanar la herida que dejó la eliminación de la Copa.
Algo similar buscaba Chivas, que sabía que perder con Pumas a media semana y sumar otra derrota, ahora con América, sería un golpe mayúsculo a su moral, por lo que fue más cauto, con una línea de cinco en la que un defensa siempre salía en busca de Oribe Peralta.
De a poco, fue América el que tuvo más tiempo la pelota, aunque no fluía como deseaba por la falta de espacios. La más clara del cuadro de Coapa la tuvo Mateus Uribe. Paul ganó un balón por la derecha, se deshizo de Hernández y mandó un centro raso que Oribe dejó pasar, la pelota le quedó franca al colombiano que remató con la derecha, pero ahí se cruzó providencial Jair Pereira.
Se sentía cómodo América que iba en busca de la ventaja, pero se topaba con una defensa rojiblanca que siempre llegó a tiempo para cortar cualquier pelota. Daba la impresión de que Chivas estaba maniatado, pero en eso, El Rebaño tuvo un doble remate producto de una desconcentración de las Águilas. Renato y Marchesín no se hablaron para despejar una pelota y la bola le quedó a Pereira que remató forzado con la izquierda y Marche logró evitar el gol tapatío, el balón le cayó a Marín que también probó con un fuerte disparo, pero ahora fue Mateus el que bloqueó.
Se templó el juego, bajaron las revoluciones, América masticaba su jugada, Chivas aguardaba paciente, Oribe probó con un tiro de media distancia que Gudiño desvió a tiro de esquina y le volvió a negar el gol al capitán americanista, quien cabeceó un centro de Mateus.
Chivas se iba al vestuario con una sonrisa picarona, seguía vivo, parecía haber llegado en condición de víctima y fue capaz de meterle un susto a las Águilas. Mientras conservara el cero en su arco mantenías las posibilidades de causar daño, aunque ni Brizuela, Pulido y Godínez pudieron inquietar a Marchesín.
Sin movimientos al descanso, los planes de uno y otro seguían igual. El partido esperaba por alguien que lo revolucionara y la acción que lo rompió fue de Chivas, aunque precedida de un error del árbitro César Ramos.
Vanrankin recibió en fuera de lugar un pase por sector derecho, se deshizo de dos rivales, primero de Cecilio que fue muy blando a la marca y le picó la bola, luego de Jorge Sánchez que llegó tibio por el temor a cometerle penal y luego tocó para Pulido que controló y disparó con derecha para vencer a Marchesín. Un buen gol, pero que no debió contar.
Así llegó el escenario ideal para El Rebaño y el más temido para América. Obligado a dar un paso al frente, el cuadro de Coapa respondió con una media tijera de Paul que se fue desviada por Oribe. Creció de temperatura el partido. Era la oportunidad para que América mostrara la categoría.
La respuesta del Piojo fue retirar a Cecilio -pésimo juego del paraguayo que no ganó una sola por la banda- y le dio ingreso a Andrés Ibargüen. Hubo un momento de drama cuando Oribe y Jair chocaron con la cabeza, pero los dos continuaron. Entró Henry por Sánchez. Se la jugaba América al empate. Oribe pateó de media distancia y Gudiño le negó el empate.
Este es un sueño, destacar con mi equipo, ante este rival y en este escenario”
RAÚL GUDIÑO
Portero de Chivas
Pero América creció con el ingreso de Ibargüen y el colombiano armó una jugada por la izquierda en la que mostró desequilibrio y un ligero desvío de un futbolista rojiblanco puso la pelota en el palo izquierdo de Gudiño que se quedó inmóvil. Las Águilas rescataban el empate. Diez minutos de altas emociones por delante, en los que los dos buscaron el triunfo.
América acarició la victoria en la última jugada cuando Gudiño se llevó por delante a Henry, penal claro que Mateus pidió, el colombiano pudo vestirse de héroe y acabó siendo villano. Se perfiló y tiró con derecha, a ese mismo lado se lanzó el portero mexicano que le atajó el disparo y desató la euforia de los rojiblancos y sumó otro clavo de amargura a los de Coapa.
América sigue en la parte alta de la tabla, pero no pudo alcanzar el liderato general que sigue en manos de Cruz Azul, además su estado anímico continúa en un punto crítico. Y Chivas deberá apretar más para meterse en la zona de calificación.