Tenía una deuda que saldar conmigo; buscaba mi lugar en ese apellido”.

forma que está encerrada dentro de la piedra”, explica el autor. En No contar todo, presenta la saga de los Monge: el abuelo, Carlos Monge McKey; el padre, Carlos Monge Sánchez, y el hijo, Emiliano Monge García, cuyas vidas transcurren de forma casi paralela a muchos acontecimientos fundamentales de la historia de México.

El único límite que se puso para la escritura de la novela fue que no entraba nada que no fuera un hecho cierto, si acaso se permitió mover el tiempo de las cosas, para que todo cerrara en la novela. “Con quien tenía una deuda por saldar era conmigo, no con la familia, lo que buscaba era mi lugar en esa familia y en ese apellido”, en palabras del escritor.

Un apellido que necesitaba desmenuzar, por lo que implica una herencia de violencias muy arraigadas en el ser mexicano, que nos hace ser como somos “en muchas cosas que nos damos cuenta, pero también en otras que apenas notamos: reproducimos micromachismos que determinan la forma de ser de las familias en nuestro país”, un tema difícil de alejar de nuestra vida cotidiana, reconoce. m