Museo de Nueva York organiza “noches íntimas” con una obra
En 12 minutos se agotaron las entradas que costaban 140 dólares
En 12 minutos se le acabaron al Museo Rubin de Nueva York las entradas de este año para pasar una noche en su centro, una experiencia en la que se promete a los participantes intimar con una pieza única en una velada amenizada por cantos, cuentos y meditaciones. “Es como una cita a ciegas con una obra de arte”, explica Dawn Eshelman, la jefa de programa del museo, donde se exponen 3 mil 800 obras himalayas y de regiones cercanas como Nepal, Bután, India o Pakistán.
En la ciudad que nunca duerme, donde cientos de museos, galerías, conciertos y encuentros ofrecen un amplísimo abanico de entretenimiento cultural, los neoyorquinos tienen la excepcional oportunidad de detenerse a admirar y analizar una sola obra de arte durante toda una noche. “El visitante típico de un museo se da un breve paseo y pasa una media de 10 o 20 segundos con una obra de arte”, señala Eshelman, una práctica con la que la inusual pinacoteca quiere acabar, aunque sea solo durante una noche al año.
Cien privilegiados pagaron este año 140 dólares por persona al museo, que se encargó de organizar una velada el pasado fin de semana a la que no le faltó detalle. Después de un primer contacto con la pieza, se organiza una breve conversación con un experto en psicología y un monje budista en la que se explica la importancia y significado de los sueños. m