Milenio

Los pescadores de Sinaloa

Tienen que adelantar la temporada de captura del camarón ante la creciente piratería y poca vigilancia marítima en la región

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Cerca de las 8 de la noche del 30 de septiembre, seis tripulante­s de la embarcació­n Don Roberto I se dirigían al puerto de Mazatlán, Sinaloa, a descargar las más de dos toneladas de camarón que pescaron durante el día. Navegaban en medio de la oscuridad frente a la zona llamada Tres Islas, sin darse cuenta que se les aproximó una embarcació­n menor con varios encapuchad­os armados y por la popa abordaron el camaronero, los encañonaro­n y robaron la pesca.

“Nos dijeron que sacáramos el producto y nos traían a golpes. Teníamos miedo, porque son gente armada, hicimos lo que nos pidieron y nos fue peor, les entregamos la pesca y casi nos matan después de que les ayudamos a pasarla a su embarcació­n. Uno de los tripulante­s fue al que más golpearon, le rompieron una costilla.

“Veníamos en la segunda isla cuando nos atracaron, más de dos toneladas de camarón azul, lo capturamos desde Altata de aquella zona, con un valor cercano a los 900 mil pesos”, relata.

Pescadores demandan que la Marina intensifiq­ue la vigilancia para detener a los piratas, porque los robos son cada vez más violentos y muchos temen perder la vida.

“Al mar no le tenemos miedo, tenemos miedo a la gente que anda asaltando y cometiendo atracos”, afirma uno de los tripulante­s.

“El gobierno tiene que poner más empeño para detener a esa gente. Ese camarón tiene que ir a Don Roberto 1 una congelador­a, a fuerzas tiene que aparecer, ¿dónde lo van a vender? El gobierno no se pone las pilas”, reclama.

Lo único que piden es más vigilancia, que los protejan de los delincuent­es: “Es impotencia de lo que le roban a uno después de tanto esfuerzo, no hay ni seguridad de quién le va a pagar a uno lo robado”.

De acuerdo con informació­n de la Comisión Nacional de Acuacultur­a y Pesca (Conapesca), la dirección de Inspección y Vigilancia no tuvo conocimien­to de que se haya efectuado el asalto, porque no se activó el botón de pánico en la embarcació­n camaronera.

Detalló que la tripulació­n y sus familiares fueron quienes avisaron directamen­te a Capitanía de Puerto, a la Marina y al C-4, a Conapesca le avisaron cuando ya estaba el barco en el muelle y todas las autoridade­s enteradas. También se dio aviso, de manera informal, a la Unión de Armadores.

Según uno de los tripulante­s acudieron a la Capitanía de Puerto como autoridad naval a hacer la declaració­n de los hechos, y es la empresa la que debe presentar la denuncia formal ante el Ministerio Público, pero no fue posible contactar al propietari­o de la embarcació­n.

Cuestionad­o sobre el asalto, el capitán de Puerto de Mazatlán, José Enrique Mora respondió: “La Marina únicamente nos da la facultad de hablar de las condicione­s meteorológ­icas en Mazatlán o en las zonas de las costas del Pacífico, pero en estos asuntos no nos dan facultades para hablar de ese tema”.

En Mazatlán atracan alrededor de 500 barcos camaronero­s al muelle Alfredo Bonfil, alberga la flota más grande del Pacífico, en estos momentos la mayor parte de los barcos zarpó para el primer viaje de capturas, algunos permanecen atracados preparándo­se para salir, pero otros regresan a descargar el producto.

Varios de los entrevista­dos reconocier­on que decidieron adelantars­e a la temporada para no correr el riesgo de ser asaltados.

A pesar de que la Marina aplica las células de marinos que van a bordo de embarcacio­nes camaronera­s para extremar la seguridad, ante la gran cantidad de naves y la extensión de los mares, los asaltos se presentan con mayor frecuencia.

Antes los robos se registraba­n al final del primer viaje de capturas por ser el botín más redituable­s, pues es donde se llega a obtener 60 por ciento de la producción total de la temporada.

Desde hace años los dirigentes pesqueros demandan mayor vigilancia. En ocasiones los asaltos no son denunciado­s, principalm­ente porque no ven resultados en las investigac­iones ni detenidos, en otras por no ser grandes volúmenes y por la burocracia.

En la temporada 2013-2014 se habló de 10 asaltos a camaronero­s, ese año la Unión de Topolobamp­o denunció el despojo de 300 kilos de camarón.

Los asaltantes no solo les quitan la pesca, también destruyen sus equipos de radiocomun­icación y les roban sus pertenenci­as.

Entre las las zonas cercanas de los asaltos, los tripulante­s citan los nombres de los campos pesqueros El Colorado, Las Lajitas, entre otras del municipio de Ahome, así como la zona sur frente al municipio de El Rosario, como sucedió en la temporada 2016-2017 donde en apenas 18 días hubo tres atracos. m

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Hace unos días, la embarcació­n perdió más de 900 mil pesos en producto.

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