Milenio

QUIEREN TRAER TÍTULO

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de diciembre será clave para las posibilida­des de traer una pelea por el título del UFC a México, pues Brian Ortega enfrentará al campeón de las 145 libras, Max Holloway en la arena Scotiabank de Toronto, Canadá, y en caso de ganar, quiere defender el cetro en la Ciudad de México. “A la primera oportunida­d que me den yo voy para México, yo voy con mi gente”, expresó Ortega a La Afición en entrevista. El llamado T-City, nació en California, pero es hijo de una familia de sonorenses que nunca ha dejado que se despegue de sus raíces y del idioma. Ahora, se convierte junto a Kelvin Gastélum —que enfrentará a Robert Whittaker por el título medio— en la mayor posibilida­d de que la promotora regrese a la Ciudad de México en 2019, luego de un año de ausencia y con la última disputa de un cinturón en suelo azteca realizada en Junio de 2015, cuando Fabricio Werdum se coronó ante Caín Velásquez.

El UFC puede amanecer con la pelea más vendida en sus 25 años de historia, pero también con un episodio que quisiera borrar. Khabib Nurmagomed­ov retuvo el cinturón de las 155 libras tras someter a Conor McGregor en el cuarto round, pero momentos después llegó el caos total cuando cobró venganza del ataque del irlandés al camión donde viajaba en abril del año pasado.

El Águila y su equipo desataron una bronca en la que media docena de personas tuvieron que salir con escolta policial, al tiempo que resguardab­an a The Notorious, quien se vio sorprendid­o y golpeado por la espalda por personas que se saltaron la reja para meterse al octágono.

Dillon Danis, el coach de jiujutsu del irlandés, insultó a Khabib, quien decidió saltar la reja para salirse y agredirlo, mientras que un integrante del equipo de Nurmagomed­ov se metió al octágono para pegarle por la espalda a McGregor. Nunca imaginó que su regreso, luego de 23 meses sin pelear artes marciales mixtas, sería así.

La intervenci­ón de los equipos de seguridad no fue suficiente ante la calentura de los rusos, que terminaron respondien­do al comportami­ento de pandilla de los irlandeses en Brooklyn en abril del año pasado.

El momento más penoso en la historia de la promotora. El traductor de Khabib y varios aficionado­s resultaron detenidos mientras que la mujer de McGregor, Dee Devlin, quien se encuentra embarazada, tuvo que salir escoltada entre lágrimas.

Dentro del octágono, Conor trató de terminar con un solo golpe como en la pelea de José Aldo, pero Khabib es una bestia muy diferente, evitó el golpe y luego defendió la primera patada. Instantes más tarde llegó el primer derribo y como se podía pronostica­r, el daguestaní dominó con su experienci­a en la lucha.

Para el segundo Khabib mostró su poder por primera vez, una derecha que mandó al ex campeón de dos divisiones al suelo y continuó el ataque con un rodillazo que falló. Pero volvieron al piso y con ello el ground and pound poderoso del monarca que defendía.

Fueron momentos donde la pelea pudo terminar, pero no fue así y el tercer round cambió radicalmen­te. McGregor se defendió con más corazón que técnica y una buena patada frontal que constantem­ente alejó a Nurmagomed­ov; no fue suficiente para abrir el espacio y conectar. En el cuarto no pudo más con la presión y fue sometido por mataleón y entonces se desató el caos.

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