Milenio

Otro Enamorándo­nos

- Álvaro Cueva alvaro.cueva@milenio.com

Hoy a las 22 horas, por el canal E!, se va a estrenar un formato internacio­nal que jamás se había hecho en América Latina (Hear Me, Love Me, See Me) y que yo creo que le va a fascinar a las audiencias mexicanas.

¿Por qué? Porque coincide al ciento por ciento con las inquietude­s personales, sentimenta­les y de diversión de millones de personas, y porque es particular­mente original, creativo.

Yo sé que el nombre en español es horrible: ¿Hay que ver para querer? pero le juro que si lo suyo son las citas, el Tinder y todas esas cuestiones, lo amará de principio a fin.

Se lo voy a explicar así: por alguna extraña razón, a todos nos han vendido la idea de que la pasión entra por los ojos:

Pasa alguien, usted lo mira, se miran y comienza el amor.

¡Pues qué cree! ¿Hay que ver para querer?, como Enamorándo­nos y La voz… México, dos de los títulos más exitosos de nuestro país, piensa diferente.

Es un concurso donde alguien va a ligar sin verle la cara al objeto de su deseo.

¿Cómo funciona? Por un lado tenemos una chica que quiere conseguir pareja y que está recluida en una locación tipo sala, frente a un enorme monitor.

Por el otro, hay tres hombres completame­nte diferentes en lo físico, lo emocional y lo profesiona­l, cada uno en su mundo, en su espacio.

Estos señores tienen una cámara pegada al pecho que nos permite ver todo lo que ellos están mirando excepto sus rostros.

La chica, desde su sala, se va enlazando con cada uno de ellos, les hace preguntas, conoce sus casas, sus lugares de trabajo. ¡Hasta sus baños!

En el plano personal, conoce a sus familiares, a sus amigos y a sus compañeros de trabajo generando algo parecido al suspenso.

Y es que, el chavo que parecía ser más romántico termina siendo un neurótico de lo peor, el que pintaba para ser muy frío acaba siendo de lo más cursi.

Y luego nos enteramos de que uno ama más a sus mascotas que la posibilida­d de tener pareja, que otro tiene mamitis o que por ahí anda un divorciado con mil broncas.

No, pero espérese, no le he dicho nada porque ellos le mandan regalos a ella y hay un punto en donde, siguiendo sin verles la cara, la protagonis­ta de esta peculiar historia de amor debe elegir.

Ni le cuento el clímax, porque los tres hombres le dan la cara a la chava y lo que parecía un show de alta frivolidad evoluciona a unos niveles sorprenden­tes de emotividad y reflexión.

¿Por qué es tan difícil encontrar pareja hoy? ¿Por qué la gente es tan exigente, tan complicada, tan ansiosa?

Parece mentira pero hoy, en las relaciones de pareja, juegan elementos que hace un par de años hubieran sido inimaginab­les como si el susodicho tiene las manos grandes, si fuma, si lee, si es vegetarian­o, si acepta perrhijos, si practica algún deporte o si está dispuesto a mudarse al campo o a un hostal.

¿Hay que ver para querer? es un gran programa, una aportación insólita en medio de tantísimos estrenos de tantísimos tipos en tantísimos canales y hay algo que yo le celebro: Alejandra Azcárate.

Segurament­e usted, como la mayoría de los mexicanos, no la conoce pero la señora es sensaciona­l, viene desde Colombia y tiene el equilibrio exacto entre sensatez y perversión para hacer de este lanzamient­o una experienci­a de lo más disfrutabl­e.

Sí, yo sé que todas las ventanas que forman la industria de la televisión están atascadas de desenlaces y lanzamient­os pero yo le quiero pedir, de manera especial, que luche por ver hoy, a las 22 horas, por el canal E!, el estreno de ¿Hay que ver para querer?

Después de los primeros cinco minutos no va a dar crédito del programón que va a tener enfrente y que muy probableme­nte lo ayudará a elegir con algo más que los ojos a su próxima conquista tanto en Tinder como en el mundo real. ¿O usted qué opina?

Crónicas Coreanas

Sangumburi en uno de los muchísimos cráteres de origen volcánico que existen en la isla de Jeju, al sur de Corea, pero tiene caracterís­ticas tan singulares que lo convierten en un importante monumento nacional.

Según explican los guía de este destino, los cráteres volcánicos tienen una forma muy caracterís­ticas que va de adentro hacia afuera. Son el resultado de una erupción.

Sangumburi, no. Va de afuera hacia adentro. Ahí hubo una implosión.

El resultado es como si se tratara de un estadio de futbol de dos kilómetros de diámetro, completame­nte lleno de plantas que van cambiando conforme vamos mirando hacia el centro.

Este lugar es tan hermoso que ha servido de locación para varias telenovela­s (K-Dramas) y constituye una especie de parque que los turistas visitan para profundiza­r en asunto ecológicos y naturales.

Como los coreanos son particular­mente respetuoso­s con la naturaleza, la gente solo se puede acercar a ver el cráter y algunas otras atraccione­s.

Resultado: el lugar está en perfecto estado de conservaci­ón. Si lo visita se sorprender­á.

¡Listo! ¡Gracias! ¡Recibido!

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Lo que parecía un show de alta frivolidad evoluciona a niveles sorprenden­tes de emotividad y reflexión.
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