SE QUEDARON EN PROSPECTOS
OCHO DE LOS CAMPEONES DEL MUNDO SUB 17 DEL 2011 MILITAN HOY EN LA SEGUNDA PREMIER DEL FUTBOL MEXICANO
Corría el minuto 86 del encuentro. El estadio Azul como escenario. Daniel Ipata, entonces preparador físico del Pachuca multicampeón de Enrique Meza, le pide a un desconocido juvenil que apresure el calentamiento, que entregue la casaca y se dirija con el Ojitos, para recibir indicaciones tácticas. Era el 8 de septiembre del 2007, se jugaba la séptima fecha del Torneo Apertura y los Tuzos ganaban el compromiso por 1-2 en casa de La Máquina celeste. Aquel novel delantero era Víctor Mañón, que al ingresar de cambio por Rafael Márquez Lugo instauró un récord que le auguraba un futuro prometedor.
Con el dorsal ‘29’, 15 años y siete meses de vida, el delgado y chaparrito delantero vivía en esos 180 segundos, más el tiempo agregado, la consumación de un sueño añorado. “Tiene muchas condiciones; hay que llevarlo poco a poco”, llegó a decir Meza, un formador de jóvenes talentos, que le dio sus primeros minutos a Mañón Barrón; la prensa especializada se encargaría, casi inmediatamente, de comparativas y adjetivos desproporcionados, que no le favorecerían en su proceso. “No se deben quemar etapas, ni adelantar procesos, él debe entenderlo y ganarse un puesto”, comentó también el Ojitos.
Hoy, a 11 años de aquel estreno, Víctor Mañón vive muy lejos de lo esperado. Con los Loros de Colima de la Segunda Premier, en realidad, la Tercera División profesional en México, construye una carrera que desde hace algún tiempo va en descenso. Las razones pueden identificarse a la primera, sin tanta investigación: el que fuera promesa del Pachuca padeció bastante el recorrido tortuoso profesional, como muchos otros, el sobrecu- po de extranjeros en posiciones ofensivas, la sobredimensión de sus cualidades y de igual forma, el perder el piso con demasiados halagos.
A pesar de todo, de la distancia que ahora lo aleja del máximo circuito a la Segunda Premier, Mañón se mantiene realizando su trabajo. Con el cuadro de Colima es uno de los más relevantes romperredes de la categoría. El atacante/media punta que permaneció en el Pachuca hasta julio del 2013, se ha mantenido en una búsqueda que no ha encontrado buen puerto. Desde su salida de los Tuzos pasó por Veracruz, Celaya y Tlaxcala, hasta recalar en Loros. La modificación de escudo implicaba un descenso colateral de categoría. Hasta ahora, acumula 30 anotaciones y 48 partidos en su nueva etapa.
OTROS NOMBRES PROPIOS
La Segunda Premier es sinónimo de promesas extraviadas. El caso de Víctor Mañón es el de muchos, el común denominador de los jóvenes mexicanos que apenas si saborearon un poco de lo que podrían haber obtenido, pero que no llegó. Ejemplos sobran. Manuel Pérez, un destacado atacante que se formó en Pumas, donde consumó filtros y logró debutar en Primera División con Guillermo Vázquez como entrenador (2012), hoy es la principal arma ofensiva de América Premier, la filial de las Águilas; de hecho, Manu fichó con los de Coapa desde el 2016, pero no se ha afianzado y fue cedido.
Algo similar ocurre con Omar Islas, otra promesa egresada de Universidad Nacional, que entre cesiones y préstamos interminables, encontró su lugar en el Pumas Premier, donde se termina de foguear al talento, al menos eso dicen. La gran disyuntiva para el ofensivo, es que, para empezar, no es la primera vez que recala en esta categoría, donde ahora suma tres anotaciones y como daño secundario, que su debut en Primera División sucedió en enero de 2015, hace casi cuatro años. Estancamiento y oxidación, sería el diagnóstico y consecuencia de su presencia en Segunda.
Como Pérez o Islas, hay otros nombres sin tanto lustre e identificación mediática, por menor que esta sea. Leonel Pérez, que ha marcado cinco anotaciones en seis encuentros, en esta división, el mejor ubicado de todos los prospectos nacionales, milita en el Tuxtla FC, herencia de los extintos Jaguares. Sin ser un nueve de referencia, con
mayor movilidad para construir embates, este jugador de 24 años, se formó en Atlante y vivió etapas de oscurantismo con los Potros, incluido su descenso. De igual forma, desconocidos ahora, pero promesas antes generan sobrecupo en esta Liga.
RECALAN LOS CAMPEONES
Hace apenas unos días, los portales informativos de deportes destacaban, así como algunas ediciones impresas de esta índole, un nuevo capítulo del título Sub 17 conseguido en el 2005, por aquella camada en la que Carlos Vela y Giovani dos Santos eran puntos de referencia. Trece años se conmemoraron el 2 de octubre, al tiempo que la mayoría de esta generación se encuentra lejos de lo esperado, casi todos retirados, o lejos de la Primera División y grandes escenarios. Es un retrato difícil de describir. Pero en similitud de condiciones, otra selección nacional libra más complejidades.
A mediados del 2011, dirigidos por Raúl Gutiérrez, un puñado de jóvenes repitieron la proeza de Jesús Ramírez y compañía. De esos 21 futbolistas que vivieron un verano de consagración, un par también retirados, ocho militan en la Segunda Premier, en la categoría del olvido y el eterno fogueo, donde su prestigio y condiciones se empolvan semestre a semestre. Los casos son dispares, como las situaciones que ahí los mantienen, pero no por ello, pasan desapercibidos. El caso más llamativo es el de Julio Gómez, personaje icónico en la conquista del título labrado hace siete años, que milita en Loros de Colima.
Como La Momia, eternizado en el TSM por su gol en semifinales del torneo, con todo y el descalabro por un choque con un rival, José González, segundo arquero de la nómina, pertenece a Murciélagos; Felipe Sifuentes y Giovani Casillas, uno de los máximos exponentes ofensivos de la selección, juegan en el Real Zamora; Francisco Flores, promesa surgida de Cruz Azul y un lateral derecho con mucha llegada, hoy se gana el pan en el Tlaxcala FC, al tiempo que Luis Guzmán lo hace con los Gavilanes de Matamoros. Finalmente, Marcelo Gracia y Jorge Luis Caballero acompañan a Gómez en Colima.