El fracaso
Con tantas cosas que están pasando en todas las ventanas que integran la industria de la televisión, hay una noticia que me sorprende que no tenga escandalizada a la opinión pública y a las redes sociales: los cambios de programación en Las Estrellas.
Esto significa que o Las Estrellas tiene callada a la prensa especializada o, de plano, que lo que pase con Televisa ya no le interesa a las multitudes.
¿Cuáles son los cambios de programación a los que hago referencia?
El bajón de horario de Like, que ni en capítulos de 45 minutos consiguió convencer a las audiencias de las 18:30, y el nuevo bloque integrado por Como dice el dicho y La rosa de Guadalupe.
Hace años que Televisa no fracasaba de manera tan estrepitosa con una telenovela como para cambiarla a otra hora.
Habíamos visto cancelaciones repentinas, megabloques de La rosa de Guadalupe y un montón de estrategias, menos esto, que es la cúspide del error.
¿Por qué? Porque bajar una telenovela de horario no es castigarla, es atentar contra los hábitos de las audiencias del canal de televisión abierto más conservador de México.
La gente que mira Las Estrellas a las 17:30 no es la misma que lo hace a las 18:30.
Mover un melodrama seriado de un lugar a otro es decirle no me importas a la gente que lo estaba viendo a una hora y, peor tantito, es decirle: haz lo que quieras a las personas que lo acaban de recibir a medias.
Sí es muy preocupante lo que está sucediendo en Las Estrellas. Sus directivos están abusando de larguísimas repeticiones de comedias y telenovelas de productores que ya no están, como Fuego en la sangre de Salvador Mejía, La familia P. Luche de Eugenio Derbez y Por ella soy Eva de Rosy Ocampo.
¿Cuál es el mensaje? Estamos en la miseria, nos da lo mismo si la gente sigue o no sigue nuestros productos y nos equivocamos al correr a nuestros productores, pero no lo vamos a reconocer jamás.
¿Y? ¿Cuál es la bronca? Primero, que Televisa es marca líder. Si sus directivos lo hacen, al rato los de los otros canales lo van a hacer y esto va a ser tierra de nadie.
Y segundo, no puedo creer que haya tantos canales como