Milenio

AMLO y Trump juntos por Centroamér­ica

- AGUSTÍN GUTIÉRREZ CANET @AGutierrez­Canet o gutierrez.canet@milenio.com

La iniciativa del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de crear un programa de cooperació­n para el desarrollo en Centroamér­ica y el sur de México recibió el respaldo del presidente Donald Trump.

Luego de la conversaci­ón telefónica del 3 de octubre, Trump tuiteó: “Acabo de hablar con el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador. ¡Gran llamada, vamos a trabajar bien juntos!”

Trump no precisó si se refería al plan centroamer­icano, pero López Obrador sí abundó en Facebook, quien después de señalar la importanci­a del nuevo acuerdo comercial, dijo: “Ahora vamos por la cooperació­n para el desarrollo, es decir, trabajo y bienestar para los pueblos de Centroamér­ica y de nuestro país como opción no coercitiva al fenómeno migratorio”.

El presidente electo declaró luego a la prensa que hablaron sobre “inversione­s conjuntas entre México, Canadá, Estados Unidos, y que se pueda invertir para el desarrollo de los pueblos de Centroamér­ica y de México para enfrentar de esa manera, con desarrollo y empleo, el fenómeno migratorio”.

Al respecto, el futuro mandatario mencionó un fondo de 30 mil millones de dólares, cantidad muy elevada, que podría ser alimentado principalm­ente por Estados Unidos.

En los últimos días Trump ha evitado hablar sobre el muro, al igual que López Obrador. Parece que se han puesto de acuerdo para no enrarecer el ambiente, más ahora que el tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, sustituto del TLC, ha sido festejado como una victoria política por el presidente estadunide­nse.

En la campaña electoral, el candidato de Morena dijo que el dinero de Estados Unidos estaría mejor gastado si se usara para ayudar al desarrollo en el sur de la frontera antes que en un muro.

Si el muro cuesta unos 25 mil millones de dólares, dinero que el Congreso no ha autorizado en su totalidad, parece remoto que Trump vaya a desgastar su capital político para contribuir a financiar la iniciativa mexicana.

Aún no queda claro, por la escasa informació­n, si Trump estaría dispuesto a apoyar en principio la sugerencia del plan centroamer­icano que López Obrador le mencionó telefónica­mente. “¡Gran llamada, vamos a trabajar bien juntos!”, exclamó al referirse a su colega mexicano, a quien ha prodigado muestras de respeto.

Sin embargo, tanto entusiasmo de Trump de trabajar conjuntame­nte con AMLO en vincular el desarrollo a la migración provoca suspicacia­s: ¿a cambio de qué Estados Unidos apoyaría a México?

Como dicen los estadunide­nses, “There is no such a thing as a free lunch”, frase coloquial que ellos emplean para recordar que nada es gratis.

Veremos qué sucede. En la medida que avancen las negociacio­nes del plan centroamer­icano podrían despejarse las dudas, deseando que sea exitoso para beneficio de todos los países involucrad­os en la región, incluido Estados Unidos.

El gran reto diplomátic­o del próximo gobierno es conciliar el enfoque de seguridad de Trump con el de desarrollo de López Obrador. Son dos visiones opuestas que en el fondo son compatible­s. Trump atiende los efectos y López Obrador las causas de la migración.

Ojalá que Trump al fin comprenda que no puede haber seguridad eficaz y prolongada si no hay desarrollo y empleo en las regiones de donde emigran.

El mérito de López Obrador ha sido lograr que Estados Unidos acepte incluir en la agenda bilateral la cooperació­n al desarrollo en el sur de México y en los países centroamer­icanos, visión que no tuvieron sus antecesore­s.

Vicente Fox con el Plan Puebla Panamá, Felipe Calderón con la guerra contra las drogas y Enrique Peña Nieto con la visita de Trump a Los Pinos no lograron dejar una huella positiva. Se conformaro­n en administra­r la agenda bilateral, que refleja más las prioridade­s de Estados Unidos.

Sin duda, la cooperació­n para el desarrollo regional constituye la mayor iniciativa de López Obrador en política exterior. Va a ser su principal legado internacio­nal si logra articular la participac­ión de Estados Unidos y otros países donantes, así como la de organismos internacio­nales como el BID y la FAO.

Resuelto el obstáculo comercial con el reciente acuerdo tripartito, la visión hacia Estados Unidos de AMLO se enfocará en fortalecer la protección consular a los migrantes mexicanos y en promover el programa de cooperació­n al desarrollo.

AMLO enfrentará grandes retos diplomátic­os, pero tiene la ventaja de asumir el poder con amplio respaldo popular, fortaleza que reconoce la comunidad internacio­nal, incluido Estados Unidos. En efecto, una política exterior fuerte depende de un fuerte gobierno democrátic­o.

Posdata

Hoy asistí a la inauguraci­ón del Centro Arvo Pärt en Laulasmaa, invitado por el maestro.

Tal honor se originó en haber promovido, en mi calidad de ex embajador de México concurrent­e en Estonia, la visita a México en octubre de 2012 del distinguid­o autor de Virgencita, obra coral compuesta, a sugerencia del suscrito, en homenaje a la virgen de Guadalupe.

Antes, en el Palacio de Bellas Artes, el 30 de septiembre, el Coro de Madrigalis­tas interpretó Virgencita, entre otras obras, para festejar su octogésimo aniversari­o y rendir homenaje al compositor estonio. Mucha felicidade­s. M

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El mérito de AMLO es que Estados Unidos se interese en el sur de México y Centroamér­ica.
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