LAR DEN
Los Carneros de Los Ángeles llegan a Denver con una ofensiva que ha probado ser indetenible, al anotar 34.6 puntos en promedio en camino a una marca invicta. A los Broncos de Denver les vendría bien revivir a su defensiva de 2015, la número uno de la NFL en el año en que ganaron su más reciente Super Bowl.
Solo hay un problema. El coordinador Wade Phillips, el arquitecto de esa dominante defensiva, ahora está en la banca de enfrente, dejándole a los Broncos una sola opción para contener al quarterback Jared Goff, al Jugador Ofensivo del Año en 2017, Todd Gurley, y a un grupo de receptores que encabezan Cooper Kupp y Brandin Cooks: el frío.
El encuentro en Denver podría ser el primero de la campaña que se realice con temperaturas que ronden bajo cero.
“Ojalá pueda frenarlos un poco”, dijo el gerente de los Broncos, John Elway, sobre la dinámica ofensiva californiana.
Es una apuesta arriesgada. Los Carneros han anotado al menos 33 puntos en cada uno de sus cinco partidos, tienen un diferencial de 75 puntos a su favor y una baraja de opciones para explotar a una defensiva que ha permitido 29.3 puntos en promedio durante una racha de tres derrotas consecutivas. Peor aún, desde la salida de Phillips, los Broncos tienen marca de 7-14.
Aun así, en los tres últimos duelos, la diferencia que han conseguido los Carneros ha sido menor, incluida una victoria de 33-31 la semana anterior frente a Seattle.