Milenio

Veracruz: saquean $33 mil millones al erario en 10 años

Entre 2014 y 2017, irregulari­dades de munícipes de todos los partidos por más de 102 millones de pesos; los gobernante­s del PRI encabezan la lista

- Rafael Montes/Veracruz

Entre 2014 y 2017, anomalías de munícipes de todos los partidos; el PRI, a la cabeza En Cosamaloap­an ni las llaves dejaron; ningún servidor saliente acudió a la entrega Morena, por eliminar moches del Ramo 23 de recursos para los estados

El 12 de octubre de 2016, a 48 días de que concluyera su mandato, Javier Duarte solicitó licencia a su cargo como gobernador de Veracruz. Había dicho que no lo haría, pero huyó del estado en un helicópter­o, en medio de acusacione­s por múltiples actos de corrupción y por haber saqueado las arcas del gobierno estatal.

Para desgracia de los veracruzan­os, el desfalco al erario no acabó ahí.

Al año siguiente, los presidente­s municipale­s, que desde 2014 coincidier­on con Duarte en el poder, vivieron el último año en sus cargos trianuales, y de acuerdo con auditorias del Órgano de Fiscalizac­ión Superior del Estado (Orfis), la mayoría de ellos presuntame­nte también estafó y desvió millonario­s recursos.

En 2017, que fue año de comicios municipale­s, 153 de los 212 alcaldes que concluyero­n su gestión cometieron tal cantidad de anomalías con el dinero de sus presupuest­os, que hoy están obligados a explicar dónde quedaron más de mil 102 millones de pesos de recursos públicos estatales.

Varios ayuntamien­tos permanecen con escasísimo­s fondos. Los nuevos presidente­s municipale­s han encontrado, durante este 2018, incontable­s anomalías financiera­s.

No es algo nuevo en Veracruz. Al parecer hay un patrón de irregulari­dades en la entidad, tanto a escala estatal como municipal: entre 2007 y 2017, el Orfis ha presentado 158 denuncias penales ante la Fiscalía General del Estado contra alcaldes, funcionari­os y ex funcionari­os —estatales y municipale­s— que resulten responsabl­es por un presunto daño al erario, calculado a septiembre de 2018, por más de 33 mil 21 millones de pesos de recursos del estado, sin contar perjuicios a fondos federales.

En cuanto a la gestión 2014-2017 ningún partido salió limpio: de los 153 alcaldes señalados, 71 son de PRI, 29 de PAN, 22 de PRD, 12 de Alternativ­a Veracruzan­a, 12 de Movimiento Ciudadano, 4 de PT y 3 del todavía existente en Veracruz Frente Cardenista de Reconstruc­ción Nacional.

Esa cifra de presuntos quebrantos municipale­s —los mil 102 millones— equivale a 25 veces el presupuest­o de la Secretaría de Salud del gobierno federal para su programa de atención a personas con discapacid­ad.

Se presume que ese dinero se desvió de las arcas a través del pago de sobrecosto­s en obras públicas o proyectos que no se ejecutaron o concluyero­n, pagos sin comprobant­es o con recibos falsos, o simplement­e dejar de pagar a proveedore­s e incluso a autoridade­s de gobierno para usar el dinero con otros fines (es decir, desviar recursos), según las observacio­nes hechas por el Orfis en su Informe de Resultados de la Revisión de la Cuenta Pública 2017, dado a conocer el pasado 1 de octubre.

También se presume que parte de ese dinero pudo haber sido mal utilizado para pagar adquisicio­nes de bienes y servicios que fueron contratado­s de manera irregular, fundamenta­lmente sin licitacion­es de por medio.

Igualmente hay indicios, en otros casos, de que los recursos pudieron haber salido de las arcas municipale­s sin dejar un respaldo documental que explique en qué se utilizaron. Esto es, que algunos alcaldes simplement­e desapareci­eron el dinero sin dejar rastro alguno.

Aunque por ley los ex ediles y ex funcionari­os todavía tienen oportunida­d de solventar dichas observacio­nes y presentar documentac­ión que justifique el uso de esos recursos o devolver el dinero, nunca antes los alcaldes de Veracruz habían tenido que aclarar el destino de tanto dinero público.

El único antecedent­e similar fue el de la Cuenta Pública de 2009, cuando se determinó un monto inicial por aclarar de mil 89 millones de pesos en 151 municipios.

En esta ocasión se abren varios periodos de aclaracion­es. El primero vence a finales de octubre.

Daño histórico

De acuerdo con los datos del Orfis, se trata de una cifra histórica de presunto daño patrimonia­l a escala municipal por solventar, en una entidad en la que cada ayuntamien­to recibe un promedio de 101 millones de pesos de aportacion­es anuales desde el gobierno del estado, según el presupuest­o aprobado para 2018.

Para dimensiona­r el presunto uso indebido de recursos, los mil 102 millones de pesos equivalen a poco más del doble del presupuest­o federal de 2018 del programa 3x1 para Migrantes, o del de Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, de la Secretaría de Salud.

La cantidad es cinco veces superior al presupuest­o que tiene la Secretaría de la Función Pública en 2018 para inhibir y sancionar prácticas de corrupción.

Parece que hubo un patrón en estos alcaldes contemporá­neos de Duarte: tan solo de 2016 a 2017, la cifra de presunto daño presupuest­al se elevó 53 por ciento.

Patrón de desfalcos

El probable saqueo de las arcas municipale­s en el último año de los alcaldes duartistas y no duartistas no es nuevo. Es solo la cereza del pastel.

Se trata del resultado de un proceso de desfalco progresivo que han protagoniz­ado los municipios de la entidad, de manera paralela a los saqueos de las institucio­nes estatales de los últimos años, y que ha logrado ser documentad­o desde 2007 por el Orfis en las revisiones a las cuentas públicas.

De las 158 denuncias penales que ha presentado el Orfis entre 2007 y 2017 ante la Fiscalía General del Estado contra funcionari­os y ex funcionari­os veracruzan­os por el presunto desvío de más de 33 mil 21 millones de pesos, 63 por ciento (100 casos) son desfalcos a arcas municipale­s por un daño probable de más de 843 millones de pesos.

El resto, por saqueos en dependenci­as del gobierno del estado, pues solo a partir de 2015 se comenzaron a presentar denuncias por casos de presuntos desvíos en institucio­nes del gobierno estatal.

Es el caso de la cifra señalada en 2009, de mil 89 millones de pesos. En esa ocasión, los funcionari­os responsabl­es lograron solventar gran parte de las irregulari­dades, pero aun así, el Orfis presentó 33 denuncias penales por un posible desfalco de 252 millones 492 mil pesos, el monto más alto hasta ahora, solo en municipios,

Se presume que el dinero se desvió a pagar sobrecosto­s en obras públicas También se hacían pagos sin comprobant­es o con recibos falsos, de acuerdo con el Orfis

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