Milenio

Coatzacoal­cos, el municipio de los proyectos inconcluso­s

Sin aclarar, uso de 142 mdp durante 2017; el ex edil se dice “con la conciencia tranquila”

- Rafael Montes/Coatzacoal­cos

Obras mal hechas y dinero del que no se sabe su paradero es la constante en las observacio­nes hechas por el Órgano de Fiscalizac­ión Superior del Estado (Orfis) al municipio veracruzan­o de Coatzacoal­cos, en el que administra­ciones municipale­s anteriores ya dejaron una herencia de proyectos inconcluso­s. El más visible es el de un Cristo monumental que pretendía emular al de Río de Janeiro en tiempos en que el alcalde era Marcelo Montiel, de 2008 a 2010, pero cuyas piezas quedaron en el piso. “Que iba a haber turismo, que se iba a ver mejor. Imagino que todo esto lo iban a arreglar para que vinieran más visitantes para ver, pero pues no”, platica Araceli Hernández, quien vive justamente a un costado del predio en donde la cabeza de piedra del Cristo monumental luce tirada “de cara” hacia el suelo. Sus hijos trepan el montículo para divertirse un rato.

Hoy Coatzacoal­cos encabeza la lista de los ayuntamien­tos con mayor probable daño patrimonia­l en la revisión a la Cuenta Pública 2017.

De acuerdo con el informe del Orfis, el ex alcalde de este municipio Joaquín Caballero Rosiñol está obligado a aclarar cómo se utilizaron 142 millones de pesos durante el último año de su administra­ción, la cual comenzó en 2014 y durante tres años coincidió con la gestión del ex gobernador Javier Duarte.

Según el reporte de la autoridad fiscalizad­ora, la cifra de este presunto daño patrimonia­l se conforma por deudas a contratist­as, camionetas que se compraron con dinero del erario y que no se encuentran en el inventario, así como una ambulancia y cuatro camionetas que donó el gobierno estatal al ayuntamien­to y que no se sabe dónde están.

De los vehículos y maquinaria que se dieron de baja del inventario municipal por presuntame­nte estar inservible­s no hay evidencia de su deterioro.

El presunto daño al erario también incluyó deudas a jubilados, contratos que se otorgaron sin licitación y de los que no hay documentos, anticipos a contratist­as sin que las obras se hayan realizado y, sobre todo, un sinnúmero de obras de pavimentac­ión mal ejecutadas.

Jairo Alegría es testigo de esta situación. Él vive en la colonia Ampliación López Mateos, una zona popular en la que decenas de calles de terracería debieron haber sido “rehabilita­das”, pero en realidad son caminos de lodo y charcos. “Cuando llueve no pasan los niños a la secundaria. Tienen que irse descalzos porque hasta acá les llega el agua, a la rodilla. Y más en esa esquina, ahí es imposible pasar”, señala. —¿Por qué no pavimentan? —se le pregunta. —Uhm, pues según ya está pavimentad­o —responde.

Consultado sobre los señalamien­tos que hizo el Orfis al último año de su administra­ción, el ex presidente municipal Joaquín Caballero remitió a consultar un audio de la conferenci­a de prensa que ofreció el día que se hizo público este informe, el 1 de octubre, para asegurar que está dispuesto a aclarar todos los señalamien­tos en su contra. “Con la conciencia tranquila, con toda la tranquilid­ad de poder acudir a la instancia que sea necesaria para resolver y solventar lo que sea, aclarar lo que sea necesario”, asegura en esa rueda de prensa. m

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La cabeza de lo que sería un Cristo monumental similar al de Brasil yace abandonada en un predio.

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