Baja México en ranking de competitividad
De 2017 a 2018 México cayó de la posición 44 a la 46 en el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), en un contexto donde la inseguridad es la principal debilidad del país y el mercado laboral el mayor desafío.
Con respecto a América Latina, México cayó de la cuarta a la segunda posición, por debajo de Chile, pero arriba de Costa Rica y Panamá; en comparación con el bloque BRIC’s (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), pasó del cuarto al tercer lugar, por encima de India y Brasil. El nuevo ranking está encabezado por Estados Unidos, Singapur y Alemania.
En un comunicado, la Secretaría de Economía destacó que para el WEF la principal debilidad para el país sigue siendo el tema de instituciones, debido a la percepción acerca del crimen organizado y de los servicios policiacos, así como a una elevada tasa de homicidios (19.3 por cada 100 mil habitantes).
En el mercado laboral se identificó un desafío en términos del incumplimiento de los derechos de los trabajadores y de una elevada tasa impositiva laboral, además de que México sigue rezagado en el rubro de educación, principalmente en la habilidad para enseñar a pensar y razonar.
En América Latina, el WEF indicó que la competitividad sigue siendo frágil y puede verse amenazada por una serie de factores, como el proteccionismo comercial y la incertidumbre política a raíz de las elecciones en las mayores economías de la región, aunado a que la inseguridad y la debilidad de las instituciones representan dos de los principales desafíos.
El Índice de Competitividad Global consta de 12 elementos: instituciones, infraestructura, adopción de tecnologías de la información y comunicaciones, estabilidad macroeconómica, salud, habilidades, mercado
La inseguridad es la mayor debilidad y el mercado laboral el más grande desafío
de productos, mercado laboral, sistema financiero, tamaño de mercado, dinamismo empresarial y capacidad de innovación.
El WEF concluyó que la competitividad no es lujo y todas las economías deben perseguir los impulsores de la productividad, independientemente de su nivel de ingresos si desean crecer más rápido y crear fortaleza. m