Comprar sin hambre para comprar mejor
La regla de no ir al supermercado con hambre tiene una razón de ser. “Sentimos que siempre estaremos hambrientos, como lo estamos en ese momento, y compramos más”, me dijo Nicola Lacetera, economista y profesor asociado de la University of Toronto Mississauga.
La economía del comportamiento, área en la que es experto Lacetera, es un método de análisis económico que aplica conocimientos psicológicos al comportamiento humano para explicar la toma de decisiones económicas.
Por este método sabemos también que si vamos a comprar un automóvil durante un día soleado, “es más probable que adquieras un convertible”, me contó el también jefe científico del Behavioural Economics in Action del Centro Rotman.
El detalle está en que no podemos separar las emociones de nuestras decisiones financieras. Además, según Nicola, “muchas de nuestras decisiones están relacionadas con el dinero”.
Entonces, si no hay manera de tomar una decisión financiera desde un punto objetivo y racional, ¿cuál es la estrategia para tomar las mejores decisiones sobre cómo gastar, ahorrar o invertir?
“No hay estrategia perfecta, pero hay que generar conciencia de los prejuicios o tendencias que tenemos y establecer reglas”, me explicó Nicola. Si tengo hambre, debo ir al súper con mi esposo para que me diga cuando la compra que quiero hacer está fuera de lo normal. “Se trata de cambiar la arquitectura de las decisiones”, me comentó, encontrar cuál es la tendencia emocional que seguimos y buscar una influencia para tener una tendencia distinta.
Otro ejemplo: si nos pone nerviosos revisar nuestras inversiones, ponemos la regla de no hacerlo más que una vez al año para evitar actuar bajo la emoción. Y… automatizar el ahorro para que un prejuicio actual —comprar algo que se nos antoja— se supla por el bienestar de conseguir un objetivo. “Ya que está en ese otro compartimento, será difícil sacarlo”. Etiquetar el dinero funciona porque nos limita, de ahí que el consejo de los sobres de las abuelas sí sirva.
Necesitamos ayuda para que las decisiones sean las mejores para nosotros en nuestro contexto. La información ayudará, puede ser una guía, pero entender nuestras tendencias o prejuicios será mucho más atinado. M