Lo que sí da miedo de Halloween

No podía creer cuando vi la nota sobre un grupo de personas muy molestas porque en la foto de la cantante Bebe Rexha aparecía un hombre con un disfraz de Hollywood de “mexicano”. No es que la gente estuviera ofendida porque pareciera burla, lo cual de por sí es ridículo. No. Las personas estaban ofendidas por un término que se traduce a grandes rasgos como “reapropiación cultural”. En otras palabras: la crítica era que un hombre “blanco” en Estados Unidos no tiene derecho a usar un poncho y un sombrero.

Sí señores, la gente ya se volvió loca.

Ella salió a defenderlo, pero el argumento, aunque efectivo, no se concentró en el punto de todo este asunto, que es que debemos bajarle muchas rayas a las sensibilidades culturales cuando no se busca ofender. ¡Además, es Halloween! Cada año hay un peor escándalo por algún disfraz que ofendió a alguien. Y eso que el más vendido del mundo, según muchas compañías especializadas, es el de Donald Trump. Eso no sé si me provoca más miedo que ofensa. Por cierto, el hombre con el poncho y sombrero que tanto escándalo causó se llama Jesús y es mexicano. Tomen eso, guardianes de lo políticamente correcto y la “reapropiación cultural”.

Pero el problema ya no se queda ahí. Gente que se ha querido disfrazar de Aladino, por ejemplo, ha recibido críticas y serias quejas por parte del nuevo policía de la moral: el Internet. “¿A poco creen que todos los árabes se visten así?”, han preguntado a las víctimas. ¡No! Pero Aladino en Disney (que ya viene de regreso) definitivamente sí. Y sí, viene de un estereotipo. No es necesariamente, ni remotamente de hecho, discriminación. Aunque sí materia de discusión.

Por el otro lado hay cosas que sí no entiendo. ¿Por qué demonios hay una página que está vendiendo el disfraz de Anna Frank? Ok, eso sí es ligeramente ofensivo. ¿O los miles de disfra- ces de Nazis que cada año son vistos en todo el mundo? Bueno, hasta en sus peores momentos de adolescencia el príncipe Harry ocupó uno de ellos. ¿Qué, las nuevas generaciones no saben porque murieron sus abuelos?

Vaya, ¿qué pasó con que la gente solo le diera risa y se diera cuenta de la amalgama de cosas que es Halloween? ¿Debe acabar la carrera de una actriz rubia que se quiso disfrazar de Beyoncé, con todo y maquillaje oscuro? Claro, hay un tremendo peso de racismo en la historia del blackface, sátira cruel y habitual en los peores tiempos de Estados Unidos. ¿Pero Beyoncé?

Ustedes solo prepárense, porque Coco viene con todo este año y habrá poca distinción entre el Día de Muertos y Halloween para los no enterados. ¿Qué habrá sido de los tiempos en los que los horribles pero entrañables disfraces Lutti te vestían de fantasma, de burrito y también de Superman (¿pagaban derechos?)… y nadie pegaba de gritos por la indignación. Así que sí, tengan miedo. Los espectros de lo políticamente correcto están sueltos y ya llegaron hasta México.