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Llámenlo consecuencia del #MeToo, del absoluto hartazgo en las redes y en la vida de tanta agresión siendo aventada por todos lados. Considérenlo consecuencia de los suicidios documentados después de sufrir insultos y las peores palabras y amenazas a través del mundo digital. Pero el hecho es que Monica Lewinsky está haciendo un gran trabajo de activismo que espero, quede siendo parte de su legado, mucho más allá de lo que ustedes perfectamente ya saben.
Hace poco más de un año, la mujer tan famosa por haber sido casi la razón del destierro de William Clinton de la Sala Oval, dio un a platica Ted, donde se describía como la primera víctima de bullying masivo a escala global. Y no le faltó la razón. En lo personal yo, confieso, siempre empaticé con ella. No digo que lo que hizo estuvo bien, pero entiendo perfectamente cómo pudo haber pasado y, si no pretendemos ser ridículas puritanas, creo que cualquiera que se viera en esas circunstancias también podría. No digo que yo lo hubiera hecho ni que cualquiera lo hubiera hecho por supuesto. Pero entiendo.
Para mí eso es lo menos escandaloso y para el caso problema entre él y Hillary. Por favor, el actual presidente de Estados Unidos le está diciendo “cara de caballo” a la estrella porno con la que se señala que tuvo sexo estando casado con Melania y nadie considera que eso sería razón de iniciar el juicio de impeachment. Tratar de sacarlo del puesto. Pero a Monica, el mundo se la acabó. Clinton salió airoso. La muy joven Mónica salió traicionada por todos y sin vida. Y eso que apenas comenzaba internet a ser lo que es.
Hoy ya convertida en una mujer empoderada, Lewinsky se ha unido a muchísimos sectores luchando contra el ciberacoso haciendo algo particularmente interesante. En su perfil de Twitter se autodescribe con los peores insultos que le han llegado a través de estos años y, créanme, se cuentan por millones.
¿De qué sirve esto? Es la reapropiación de las palabras, de los insultos. Si una los dice, los hace suyos, se ríe de ello, enton- ces le quita el poder a quien está usándolos en su contra. Me parece que Monica en especial es una valiente por hacer lo propio. Le dice a las chicas que podrán estar pasando por eso en sus universos particulares y no en el escenario mundial, como ella, que uno sí tiene herramientas para defenderse. Ah, y también adjudica que bloquear y mutear a la gente en las redes es mágico. Cuando se trata de insultos, y vaya que ciertas personas se sienten libres y seguras de aventarlos al por mayor en las redes, esto nunca está de más. ¿Qué necedad?
A todos los que hemos participado en cualquier tipo de foro público nos ha tocado. Y sé que a cualquiera que ha participado en sociedad, sabe de lo que estoy hablando. Así que de parte de esta ex gorda, Lady Taquera, feminista de poca monta que debe ser destruida y chismosa profesional me uno, en esto, y aplaudo el esfuerzo de Mónica. ¡Ah! Eso se sintió muy bien, ¿quién más le entra?