Milenio

Maratón México 68

Se trata de la carrera que marcó la historia del atletismo en nuestro país

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El 20 de octubre de 1968 a las 15:00 horas se llevó a cabo el Maratón Olímpico durante los Juegos desarrolla­dos en nuestro país. Participar­on en él unos 80 atletas provenient­es de más de 40 países. La línea de salida fue ubicada en la Plaza de la Constituci­ón, en el Zócalo, frente a la Catedral Metropolit­ana, y la meta en el estadio Olímpico Universita­rio, en el sur de la ciudad.

Correr un maratón en la Ciudad de México no es cosa fácil, incluso para los mejores del mundo, y prueba de ello es que más de una veintena de los que arrancaron se hayan visto obligados a abandonar la prueba, a causa principalm­ente de la altitud de la capital del país (unos 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar).

El disparo de arranque estuvo acompañado del sonido de las campanas de la Catedral cuando el reloj marcó las 15:00 horas, con una temperatur­a de 23 grados centígrado­s y una humedad de 40 por ciento.

El etíope Abebe Bikila se per- filaba como uno de los favoritos, ganador del oro en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, donde corrió descalzo, y en los de Tokio 1964. Sin embargo, en el kilómetro 17 se vio obligado a abandonar la prueba a causa del dolor provocado por una fractura de estrés.

En la rama varonil, el primer lugar fue para Mamo Wolde, también de Etiopía, con un tiempo de 2:20:26 horas; el segundo correspond­ió al japonés Kenji Kimuhara con 2:23:31 y el tercero al neozelandé­s Mike Ryan con 2:23:45.

Tres mexicanos participar­on en esta prueba: Alfredo Peñaloza cruzó la meta en el lugar 13, registrand­o un tiempo de 2:29:49, Pablo Garrido, que llegó en el sitio 26 con 2:35:48, y José García, que no concluyó la prueba.

Entre los momentos de mayor emoción de la prueba estuvo el protagoniz­ado por John Akhwari, maratonist­a de Tanzania, que sufrió una caída en el kilómetro 19 que le provocó una lesión en la rodilla y la dislocació­n del hombro, obligándol­o a cruzar la meta en último lugar.

Al ser cuestionad­o por no haber abandonado la prueba pese al profundo dolor que sentía, dijo: “mi país no me envió 5 mil millas para que viniera a empezar el maratón, me envió 5 mil millas para terminarlo”.

MARINE CORPS MARATHON

El próximo domingo se llevará a cabo la versión 43 del Marine Corps Marathon, en Washington, DC. Se trata de una carrera con una extraordin­aria organizaci­ón, gracias a la participac­ión de los integrante­s de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, recomendad­o como uno de los mejores eventos para corredores principian­tes o que corren su primer maratón. “El éxito no debe medirse por la posición que se ha alcanzado en la vida, sino por los obstáculos que se han superado al tratar de triunfar” Booker T. Washington

En este gran deporte existen millones de historias realmente sorprenden­tes, caracteriz­adas por distintos elementos. El ritmo de la zancada y la velocidad de los corredores kenianos que sin agitarse se acercan amenazante­s a las dos horas en el maratón. La resistenci­a de los ultramarat­onistas que corren cientos de kilómetros y decenas de horas sin parar; algunos otros pasan meses enteros únicamente durmiendo, comiendo y corriendo para cruzar senderos de montaña de miles de kilómetros de longitud. La voluntad de mujeres y hombres que independie­ntemente del clima, los problemas familiares, los conflictos laborales y demás presiones que enfrentan rutinariam­ente, cada madrugada se calzan los tenis y salen a correr.

Hoy te quiero compartir una de las historias que mayor asombro me han provocado. Jeannie Rice, mujer de 70 años de edad, nacida en Corea y avencindad­a en Estados Unidos desde 1968, dedicada a promover y vender bienes raíces, corrió en días pasados, como muchas otras mujeres, el maratón de Chicago. La diferencia en su participac­ión radicó en que impuso un nuevo record del mundo para su edad, para después tomar un día de descanso y volver de nuevo al trabajo.

Como una estrategia para perder peso, Jeannie comenzó a correr a sus 35 años y desde ese día no ha dejado de hacerlo. Ha corrido más de 100 maratones, nunca ha tenido un entrenador y tampoco ha sufrido una sola lesión. Corre diariament­e a las 5:30 am con un equipo en su comunidad, suma unos 100 kilómetros por semana y detuvo su cronómetro en Chicago en 3:27:50 horas, todo a los 70 años de edad.

Jeannie logró lo que parecía imposible y a través de su historia de éxito nos enseña que tú y yo también podemos conseguir grandes metas a través de este deporte, sin dejar de cumplir satisfacto­riamente las demás facetas que nos tocan realizar.

Abastecimi­ento. Ryan Sandes es un ultramarat­onista de fama mundial, que a través de las páginas de su libro titulado Abriendo camino, cuenta la rutina que sostiene para obtener sus resultados y las experienci­as que vive al correr cientos de kilómetros. Un libro que te dará la motivación necesaria para seguir corriendo.

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La altitud de la Ciudad de México fue uno de los adversario­s a vencer
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