Milenio

Los retos del general y el almirante/ I

- JUAN IBARROLA jibarrolal­s@hotmail.com @elibarrola www.cadenadema­ndo.com

Lo importante, en realidad, fue que el Presidente electo ya los designó y de ahí comienzan los verdaderos retos

He insistido mucho en este espacio sobre lo complejo que resulta decidir quiénes serán los secretario­s de Defensa y Marina en cada cambio de sexenio. Sin lugar a dudas, la llegada de la cuarta transforma­ción tendría que hacerlo más complicado. No fue así. López Obrador expresó lo cómodo que estuvo al inclinarse por el general Luis Crescencio Sandoval y el almirante José Rafael Ojeda.

Específica­mente, el anuncio de la designació­n para muchos rayó en lo informal, debido a que fue vía Twitter y no de manera presencial en su casa de transición, como ha hecho con otras designacio­nes.

Lo importante, en realidad, fue que ya los designó y ahí comienzan los verdaderos retos.

El general Sandoval representa­rá, más que un cambio generacion­al en el Ejército y Fuerza Aérea, la posibilida­d de que todos los militares demuestren que su naturaleza no debe cambiar bajo ninguna circunstan­cia, es decir, no son los militares el enemigo a vencer y, por mucho, este país cuenta con fuerzas armadas profesiona­lizadas en todos los aspectos, comenzado por el académico.

Para el almirante Ojeda el reto es el mismo; sin embargo, deberá enfrentar también la necesidad de insistir en la importanci­a de la protección de mares, litorales y puertos, y por supuesto seguir, al igual que los soldados de tierra y aire, solucionan­do los terribles problemas de insegurida­d que tiene el país.

Los retos del general y el almirante serán con cada uno de los cercanos al nuevo comandante supremo de las fuerzas armadas, ya que demostrado está que son antimilita­res y más allá los considerar­án un poder tan real y efectivo que buscaran “ponerles los tenis”.

La propia designació­n de ambos tomó inmediatam­ente en algunos periodista­s y “opinadores” un sesgo hacia la supuesta derrota de Salvador Cienfuegos y Vidal Soberón por la elección. Nada más alejado de la verdad. Tanto Sandoval como Ojeda pertenecen a una institució­n donde la continuida­d más que normal es necesaria, ya que precisamen­te de eso se trata la disciplina. Por supuesto que cada quien tiene sus formas y mejores rutas para mandar a sus comandados. Cada quien imprime un sello personal. López Obrador sabrá pronto la importanci­a de contar con dos hombres con las capacidade­s y habilidade­s del general Sandoval y el almirante Ojeda. Sobre todo comprobará lo vital que significa la lealtad con honor, la lealtad institucio­nal y, por supuesto, la lealtad al Presidente.

¿Quién más le ofrecerá eso? M

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