Milenio

La caravana con su personaje con el que también se presenta en plazas

Miguel Ángel anima a Botoncito,

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Parece que ningún oficio se salva de la crisis en Honduras. Ayer, un hombre vestido y maquillado como payaso viajó con la caravana de migrantes desde Pijijiapan hasta el municipio de Arriaga.

Miguel Ángel Cáceres tiene 24 años y escapó de Honduras porque en su país hacer reír no es rentable. Su personaje Botoncito revivió en las carreteras de México.

“Me imagino que saliendo del país las cosas cambian, que haya más trabajo, más dinero, más oportunida­des, ayudar a los familiares. Toda mi vida he sido payaso, llevo 14 años”, cuenta.

Viaja con su esposa y La Muñeca, una perrita negra de tres meses que es su adoración. También su hermano se sumó a la caravana. Entre los dos tienen planeadas rutinas para presentar en las plazas mexicanas para ganar dinero.

Desde que inició la caravana en San Pedro Sula, Miguel Ángel y su familia emprendier­on la huida junto con miles de personas, pero fue hasta ayer que decidió convertirs­e en Botoncito. La idea le abrió las puertas.

“Le digo a mi esposa que sabemos trabajar, hacemos reír, pues nos preparamos y hasta nos dieron jalón más rápido en la carretera, se nos facilitó, la verdad”, explica mientras camina por las vías del tren.

Su presencia sobresale en las largas filas de personas que caminan para entrar al centro del municipio de Arriaga. El colorido de su ropa y su vestimenta hacen la diferencia. Pero sobresale del resto porque va saludando a las personas que viven y trabajan en ese municipio.

Aunque fuera del personaje sabe que la realidad es dura y difícil, prefiere sonreír y hacer reír.

“A todas las personas, pues venimos con calor, animosos porque hoy vamos a trabajar con los niños en el parque, las personas que vienen con nosotros las vamos a hacer reír”, gritaba por las banquetas.

Su hermano se disfraza de reportero. Con peluca afro y un micrófono de “Tv Nadie”, narra las peripecias de la pareja. Mientras su esposa se dedica a cuidar a muñeca, contó que conforme avanza el viaje la está enseñando a hacer trucos para que también participe en el show.

“Si ella no entra (a Estados Unidos), yo tampoco. La perrita va a estar siempre donde nosotros”, sonríe mientras le sirve agua.

Miguel Ángel es uno entre cientos de jóvenes hondureños que están migrando. Todos ellos sueñan con llegar a EU como la única posibilida­d de dejar de ser pobres.

Como Jimmy Castellano­s, originario de Tela, un pueblo en la costa caribeña de Honduras. A pesar de ser un lugar turístico nunca fue suficiente su salario y está seguro que seguirá junto con la caravana, pues la ve como su única opción de llegar seguro y ya estando allá intentar cruzar la frontera.

“Lo normal es seguir la caravana ir todos juntos, no se puede dispersar, porque supuestame­nte tengo entendido que entre más arriba, más peligroso por los cárteles”, explica debajo de un vagón de tren abandonado que sirve de sombra.

La caravana de migrantes dejó esta madrugada Arriaga y Chiapas para internarse a Oaxaca en su primer punto que será el municipio de San Pedro Tapanatepe­c. m

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