Tenemos encima una fuerza electrónica: Cristina Ortega
“Ya no hay timbre de voz, solo efectos especiales; la música es tan rítmica que no permite expresión”, dice la soprano mexicana
Cristina Ortega afirma: “Seguiré cantando mientras tenga presencia escénica y voz. ¡Pero yo creo que ya se está acercando la despedida!”, agrega entre risas la soprano que debutó en 1964 en Bellas Artes en La traviata de Verdi en el papel de Violeta Valery. Ahí despegó una carrera que la llevó a los grandes escenario de ópera del mundo.
Con una larga experiencia también en la opereta, la zarzuela y la música popular, la cantante que ha compartido el escenario con Montserrat Caballé, Plácido Domingo, Juan Pons y otras figuras de la opera, radica desde hace varios años en San Antonio, Texas, donde enseña técnica vocal. Como directora artística de la Hispanic Heritage Society, dirige un programa que promueve la riqueza y diversidad de la herencia cultural mexicana y sus tradiciones musicales.
Hace cuatro años se presentó en Bellas Artes para celebrar medio siglo de actividad profesional y ahora regresa a México para ofrecer tres conciertos. Acompañada por el pianista Carlos Alberto Pecero, el jueves cantó en el Conservatorio Nacional de Música, donde se formó. Hoy a las 12 estará en el Centro Cultural Tlatelolco y el miércoles 31 de octubre a las siete de la noche en la que fuera su escuela, el Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas.
Con una canción en mi corazón, título de una canción de Richard Rodgers y Lorenz Hart, es el nombre del recital en el que interpretará, en la primera parte, piezas de la época de oro del cine y teatro musical estadunidense, de autores como Cole Porter Leonard Bernstein y Jerome Kern. Después abordará música mexicana de Agustín Lara, María Grever, Alberto Domínguez, Consuelo Velázquez y Gabriel Ruiz, así como del venezolano Pedro E. Gutiérrez.
Cristina Ortega lamenta la situación de incertidumbre que se vive en el mundo, pero dice que, a pesar de ello, es preciso seguir adelante. “Es increíble que, a pesar de que tenemos casi todo en contra, seguimos adelante. El valor de lo que hacemos los artistas es inamovible”.
“Es increíble, pero a pesar de que tenemos casi todo en contra, seguimos adelante” “Cantantes populares como Frank Sinatra y Dean Martin mantenían siempre el tono de voz”
¿Por qué eligió este repertorio? En estos tiempos se está olvidando todo lo bello, pero en esa época en Estados Unidos se cantaba lo mejor de nuestra canción popular, las composiciones de estos autores eran usadas como temas en películas y obras de teatro. Cantantes populares como Frank Sinatra y Dean Martin, eran líricos y mantenía siempre el tono de voz. El mismo Perry Como era como un Pedro Vargas. Ahora ya no hay timbre de voz, solo efectos especiales, y la música es tan rítmica que no permite expresión, es un beat destrozante. Aparte de la música clásica, yo crecí con estas canciones en mi casa, además de que mis abuelitos nos llevan a las funciones de zarzuela, ópera y teatro de revista. Ahora ya solo tenemos una fuerza electrónica encima de nosotros. ¿Conoció a algunos de los autores mexicanos que va a interpretar? Conocí a Tata Nacho, que me enseñó la interpretación de la música popular, lo mismo que Fernando Z. Maldonado, sin distorsionar mis facultades de intérprete de ópera. Consuelito Velázquez, a quien tuve en mi casa, era una pianista extraordinaria. Hay un video del programa Estampas musicales donde toca una versión extraordinaria de “Bésame mucho” a piano solo. “¡Estoy enloquecida!”, dice sobre su actuación del miércoles. “También me emociona mucho cantar en el Conservatorio, donde estudié, pero presentarme en las Vizcaínas es la emoción total. Voy a cantar en el auditorio, que no existía en mi tiempo, porque era la capilla. Déjeme decirle que cuando iba en sexto año levantaron el piso y sacaron un montón de momias horribles. No queríamos pasar por ahí porque se veían bien feas, pero luego las taparon”, comenta entre risas. m