Milenio

La serie de lucha libre mexicana

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Amo profundame­nte la serie mexicana Por la máscara que se transmite todos los domingos a las 23 horas por el Canal de paga Space.

¿Por qué? Porque dice cosas, cosas buenas, cosas importante­s, cosas poderosas y crítica a partir de algo que es sagrado para todos los mexicanos: la lucha libre.

Sí, la de las películas de El Santo y Blue Demon, la que vemos en las arenas, la que pasan en la tele.

Le voy a explicar: por alguna extraña deformació­n profesiona­l, todo el mundo piensa que los contenidos dramatizad­os sobre luchadores tienen que ser chafas.

¡Y pues no! El Santo hacía lo que hacía porque vivía en un contexto histórico muy específico, porque en aquellos tiempos las audiencias tenían esa inquietude­s y porque estaba comenzando a construir un género.

Hoy, con todo lo que sabemos sobre la lucha libre en términos culturales, simbólicos y deportivos, con todo lo que esto representa a nivel negocios y con todo el poder de las series, era fundamenta­l que alguien se atreviera a ir más allá.

Los señores de Turner Latin America, el corporativ­o al que pertenece el canal Space, se atrevieron y nos están regalando un espectácul­o padrísimo.

Mi reto es no decirle muchos detalles para no arruinarle la experienci­a. Déjeme le cuento:

La lucha libre mexicana es un deporte que seduce lo mismo al rico que al pobre, al niño que al anciano, a los hombres que a las mujeres, a los del norte que a los del sur.

Pero no solo es eso, las luchas son una industria maravillos­a que ha generado cualquier cantidad de manifestac­iones artísticas y comerciale­s.

Desde lo que es propiament­e el diseño de las máscaras hasta las fabricació­n de juguetes pasando por lo que usted quiera, guste y mande.

Miles de mexicanos han vivido dignamente de la lucha libre desde hace muchas décadas.

Segurament­e usted, como yo, conoce dinastías de abuelos, padres, hijos y nietos que han sido luchadores.

¿Se imagina cómo es su vida? ¿Ya se puso a pensar sus conflictos?

¿Ha tenido tiempo de ponerse a meditar en lo difícil que debe ser para estas personas adaptarse al paso del tiempo, a las nuevas tconología­s y a los cambios en el negocio?

Buenos pues Por la máscara trata de todo esto y más y es apasionant­e, entrañable, preciosa.

Yo la adoro porque es un espectácul­o ciento por ciento familiar pero, al mismo tiempo, se da el lujo de explotar situacione­s que nunca nadie se había atrevido a poner en las pantallas de los cables y de las antenas directas al hogar como el potencial erótico de los luchadores.

Para no hacerle el cuento largo, Por la máscara es muy buen show.

Tenemos todo ese espíritu de los niños que admiran a su luchador favorito pero también tenemos el drama de los deportista­s que quieren pelear por primera vez y que no pueden por los costos, por los prejuicios o por la falta de un padrino que los recomiende.

Y en medio de esto, unas revelacion­es interesant­ísimas, el caso de los luchadores que se quedaron a medio camino, el de los que tienen que pasar la estafeta y el de los que no tienen más remedio que aprovechar su figura, el mito, para conquistar a las mujeres.

¿Se le antoja? ¡Y no le he dicho nada! No le quiero decir nada porque me encantaría que la viera, que le hiciera ruido, que la discutiera.

Por la máscara cuenta con la ventaja de que tiene muchas repeticion­es a lo largo de la semana y de que usted la puede llegar a ver, ciertos días, a ciertas horas, hasta por el canal TNT.

Hágalo y aprecie esto que sin ser un homenaje, catapulta los contenidos de la lucha libre mexicana a donde jamás habían llegado con un gran reparto y una producción de primera.

Sus protagonis­tas son Daniel Martínez, Alex Perea, Abril Amaranta, Octavio Hinojosa, Arnulfo Reyes, Esaú Ávila y Mabel Cadena.

Sí, yo sé que a lo mejor usted no conoce a algunas de estas personalid­ades pero son puros talentos de primera, de lo mejor.

¿Cuál es la nota? Que Alex Perea, que aquí hace un trabajo exquisito, es el protagonis­ta de Sin miedo a la verdad de Televisa.

Debe ser alucinante tener toda esta proyección al mismo tiempo y participar en dos historias tan distintas. Véalo y compárelo.

¿Y la producción? ¿Qué le puedo decir de la producción?

Yo sé que a muchas personas no les interesan este tipo de cuestiones pero sí es importante que sepa que Por la máscara tiene un nivel muy alto en comparació­n con el común de las series mexicanas y latinoamer­icanas.

Se siente un estilo, un tono, un cuidado en los detalles, en la estética y por lo mismo podemos ir de secuencias de acción particular­mente afortunada­s a escenas de lo más entrañable­s, dulces. En resumen, Por la máscara es una gran propuesta televisiva que no solo le va a gustar al público mexicano.Yo creo que cuando la descubran en otros países la gente la adorará con la misma fuerza con la que adora la gran lucha libre de nuestro país. ¿O usted qué opina?

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Una industria maravillos­a que ha generado manifestac­iones artísticas.
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