EL MEJOR DE LAS MAYORES
BOSTON CORONÓ UNA CAMPAÑA ESPECTACULAR CON VICTORIA EN LA SERIE MUNDIAL EN CINCO JUEGOS SOBRE LOS DODGERS
Por segundo año consecutivo, el campeón de las Grandes Ligas se corona en el Dodger Stadium... pero en ninguna de las dos veces han sido los Dodgers. Ahora fueron los Medias Rojas de Boston quienes tuvieron a la grama del parque californiano como la sede del festejo de su noveno título en Grandes Ligas, tras desplegar de nuevo una actuación casi perfecta: bateo oportuno, pitcheo de sólida calidad y una gran capacidad para reaccionar y aprovechar lo que los angelinos les dieron.
Boston fue por el nocaut desde el primer inning. El home run de dos carreras de Steve Pearce fue ese golpe que fulminó a los Dodgers, que si bien no lo mandó a la lona, le quitó toda la estamina que necesitaba para aspirar a ganar el Juego 5. Y desde ese primer inning se definió el título de 2018.
Sí, tenían que sacar 27 outs todavía, pero los Dodgers debían demostrar que eran distintos a los de las tres derrotas previas, sin embargo, fue justo lo que no pudieron hacer, simplemente, todo se repitió. Tres jonrones más, una noche intratable de David Price de nueva cuenta (otro acierto del mánager Alex Cora mandar a este zurdo a abrir el Juego 5 y no a Chris Sale que, en teoría, iba al centro del diamante) se combinaron para una noche en la que ellos anotaron cinco veces permitiendo solamente tres imparables.
“La siguiente cosa que voy a pedirle a los dueños es si me puedo llevar este trofeo a la isla (Puerto Rico)”, es lo que comentó Cora en la ceremonia de premiación, que lo convirtió en el primer manejador de Puerto Rico en la historia que es campeón de MLB.
Steve Pearce pegó jonrón de dos carreras en la tanda inicial y uno solitario en la octava, Mookie Betts hizo lo propio en la sexta y JD Martinez no se quedó atrás al dar el cuarto cuadrangular de la noche para los Medias Rojas, éste en el octavo rollo. Price trabajó siete innings de solo tres imparables, con cinco ponches y dos pasaportes, siendo apoyado en el relevo por un espectacular Joe Kelly (una entrada de tres ponches) y Chris Sale (una tanda y tres chocolates).
DODGERS NO PUDO HACER NADA
Desde el primer episodio, los Medias Rojas mandaron el mensaje de que no tenían intenciones de volver a Boston para jugar este año. Cuando los Dodgers pasaron a batear por primera vez en el juego ya perdían, y ese no fue el único problema, el otro se llamó David Price.
El zurdo tuvo su tercera salida de calidad al hilo, justo lo que esperaban de él: siete entradas de solo tres hits y una carrera, una noche que resultó una pesadilla para los de casa, quienes solo anotaron una, y fue con un jonrón de David Freese al primer pitcheo del juego.
Con este triunfo de 5-1, los Medias Rojas completaron un año perfecto, en el que no solo fueron el mejor conjunto de las Mayores, sino que con sus 108 victorias establecieron el mejor año en la historia de la franquicia, mismo que confirmaron, no fue una casualidad, ya que en los playoffs despacharon a los Yanquis de 100 triunfos y a los Astros de 103 victorias.
El dominio de los Medias Rojas se hizo aún más claro por el gran corazón que mostraron, algo en lo que, sin duda, superaron claramente a los angelinos, quienes por momentos en este último partido se mostraban molestos al fallar un swing y reaccionaban negativamente, dejando claro que ya no estaban concentrados como era necesario para ganar y mantenerse con vida en esta serie.
Yasiel Puig le hace swing a un pitcheo de David Price, apenas logra dar una rola lenta a las manos del lanzador, quien toma y tira a la inicial para consumar el tercer out de la séptima entrada. Puig trotó a la inicial mientras Price gesticulaba mientras caminaba hacia el dugout, esa jugada resumió lo que fue la Serie Mundial: unos Medias Rojas muy superiores a unos Dodgers que se autosabotearon en todo momento para hacerle más fácil la vida a su rival.
La siguiente cosa que voy a pedirle a los dueños es si me puedo llevar el trofeo a la isla (Puerto Rico)” ÁLEX CORA Mánager de Medias Rojas