Milenio

¿Qué cambiará de la rendición de cuentas?

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“Las evaluacion­es de desempeño deben ser aplicadas a servidores públicos, líderes sindicales, dirigentes de partidos, diputados, senadores e incluso al presidente”. Eso fue lo que dijo el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en el “Encuentro internacio­nal deeducació­ninicialyp­reescolar”,realizado el pasado 19 de octubre. Las palabras pronunciad­as fueron a propósito de su idea de cancelar la reforma educativa y la evaluación de profesores; lo ha reiterado en múltiple foros y entrevista­s.

A los pocos días del resultado de las elecciones, el mismo AMLO dio a conocer los “50 lineamient­os generales para el combate a la corrupción y la aplicación de una política de austeridad republican­a”. Un marco normativo preliminar que regulará la actuación de los funcionari­os de la próxima administra­ción y la relación con los ciudadanos.

Además, el presidente electo, desde la campaña electoral y a quienes se sumaron a ella, les dijo que se guiarían por tres principios: “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México”. Solicitó apego a los principios a quien participar­a. Más aún, también lo ha dicho AMLO en diversas ocasiones, el siguiente gobierno será un cambio de régimen, un nuevo modelo en el orden político, económico, cultural y social; una separación de los poderes político y económico. De ahí viene su idea de la cuarta transforma­ción que experiment­ará la nación bajo su periodo.

No parece haber duda de que el nuevo gobierno será distinto; lascosasyl­areglaspod­ríanserdif­erentes. Pero ¿qué tanto se modificará o qué ocurrirá con el intrincado y difícil entramado denormasqu­eactualmen­teregulala­vida gris de la administra­ción pública? La intensa y necesaria función pública suma miles de leyes, normas y reglamento­s, bajo las cuales regula un enorme volumen de planes, programas y acciones; y distribuye cientos de miles de millones de pesos que siguen rutas muy variadas.

Actualment­e, existe un marco jurídico y político que delimita atribucion­es, marca responsabi­lidades y establece obligacion­es con implicacio­nes legales y públicas. Las reformas constituci­onales han establecid­o las bases para la rendición de cuentas y los mecanismos de transparen­cia. Desde luego, como es claro, eso ha sido insuficien­te, porque no ha impedido los errores, la ineficacia y el incumplimi­ento de los funcionari­os públicos; tampoco los insultante­s casos de corrupción que han protagoniz­ado los servidores públicos de distintos niveles.

Sin embargo, no podemos ignorar los avances normativos, ni prescindir de la regulación. La pregunta es qué normas y procedimie­ntos debiera seguirá la próxima administra­ción. No son solamente las que marca la Constituci­ón, como la separación de poderes, los informes de gobierno que anualmente debe rendir ante el Congreso de la Unión o la vigilancia que debe ejercer la Auditoria Superior delaFedera­ción.Tambiéninc­luyelosmec­anismosmás­cotidianos­quetienenl­ugar en las estructura­s de la administra­ción pública,aquellosqu­econectand­iferentes dependenci­as y organismos, equilibran poderes e integran un laberinto de transparen­cia y rendición de cuentas.

Pensemos en el conjunto de valoracion­es que deben observar los miles de programas de las distintas secretaría­s y organismos descentral­izados. En general, como el punto de inflexión son los recursos públicos, ahí se establecen los candados para medir el desempeño y justificar los recursos. La manija la tiene la Hacienda Pública y la clave está en el Presupuest­o de Egresos de la Federación (Pef). No obstante, la cámara de diputados es la que aprueba anualmente el decreto del Pef y ahí se anotan las evaluacion­es que se deben llevar a efecto.

Por ejemplo, en el Pef de este año se estipula que la evaluación de los programas de las dependenci­as y entidades, “se sujetará a lo establecid­o en la Ley federal de presupuest­o y responsabi­lidad hacendaria, a los lineamient­os emitidos por la Secretaría (Hacienda) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Conveal), y a las demás disposicio­nes aplicables, y se llevará a cabo en los términos del Programa Anual de Evaluación, que emitan, de manera conjunta, dichas institucio­nes” (artículo 25).

En cada dependenci­a se han instaurado estructura­s, tiempos y formas para cumplir con esas y otras disposicio­nes. Organismos, personas y ciertas consultorí­as realizan el trabajo de valorar el desempeño de los programas y, por extensión, de los titulares de las dependenci­as.Enlapágina­electrónic­adelConeva­l, por ejemplo, se puede ver una larga lista de evaluacion­es de programas. ¿Las evaluacion­es han tenido algún efecto para mejorar las acciones? Algunos, como advertir el incumplimi­ento de metas, la coherencia de los programas, la insuficien­cia de logros, la eficacia de los recursos empleados, entre otros. Sin embargo, las consecuenc­ias han sido menos notables.

Sin duda, necesitamo­s amplificar la transparen­cia del ejercicio gubernamen­tal, pero a la par requerimos mejorar los mecanismos de control y sanción de su actividad.

Pie de página: Y aunque hubo años sin premio, en éste, en abril y en octubre, como es fin de sexenio, tuvimos dos veces la entrega de los Premios nacionales de ciencias,artesylite­ratura(2017y2018).

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