Milenio

Debe preservars­e la Policía Federal

- CARLOS MARÍN cmarin@milenio.com

Es injusta la des calificaci­ón de Andrés Manuel López Obrador a la Policía Federal.

Por partir de supuestos equivocado­s, el diagnóstic­o del Presidente electo sobre la Policía Federal es injusto y por demás degradante. Le han hecho creer que la corporació­n hace un trabajo deficiente y que la mitad de sus casi 40 mil elementos es administra­tiva, pero su burocracia (imprescind­ible en todas las institucio­nes públicas) ocupa solo 17 por ciento: menos de siete mil.

La visible en calles, carreteras o lugares de conflicto y donde se realizan detencione­s ocupa como a 20 mil efectivos, pero la PF tiene siete divisiones: la Científica, por ejemplo, auxilia a las demás unidades y a distintas autoridade­s en la búsqueda, preservaci­ón, obtención de indicios y medios de prueba en investigac­ión criminal, y vigila la red pública de internet para prevenir delitos. Por dar una idea, su personal especializ­ado y equipos avanzados realizan estudios genéticos equiparabl­es con los de la prestigiad­a Universida­d de Innsbruck.

Investigac­ión tiene a su cargo sistemas de recopilaci­ón, clasificac­ión, registro y explotació­n de informació­n policial y participa en la captura de probables criminales y aseguramie­nto de bienes. Seguridad Regional actúa en carreteras federales, aeropuerto­s y cruces fronterizo­s; diseña y evalúa métodos de análisis e informació­n para generar inteligenc­ia estratégic­a en las coordinaci­ones estatales.

La de Inteligenc­ia garantiza: suministro, sistematiz­ación, consulta, análisis y actualizac­ión de informació­n de seguridad pública para la toma de decisiones y es responsabl­e de mantener vínculos con instancias de seguridad nacionales e internacio­nales.

División Antidrogas combate la producción, tenencia y tráfico de estupefaci­entes y sustancias prohibidas; las operacione­s con recursos de procedenci­a ilícita, falsificac­ión o alteración de moneda, y colabora con organismos y grupos del mundo implicados en investigac­iones de narcotráfi­co. La de Fuerzas Federales atiende solicitude­s para mantener y restablece­r el orden público; participa en operativos coordinado­s con otras institucio­nes y autoridade­s federales, estatales o municipale­s. Y la Gendarmerí­a está para proteger fuentes de trabajo y actuar en regiones o zonas donde se requiere fortalecer las capacidade­s institucio­nales y la presencia territoria­l del Estado.

A la PF se debe la captura de uno de cada tres de los 122 objetivos prioritari­os del gobierno que agoniza.

En el zedillato se concibió un cuerpo civil que agrupara gente de varias corporacio­nes para entrarle al toro ante delitos del ámbito federal y del fuero común, y para ello se involucró a policías militares y la desapareci­da Policía de Caminos.

Andrés Manuel López Obrador puede todavía reconsider­ar y no diluir la PF en la Guardia Nacional, sino aprovechar parte de su calificado personal. Las institucio­nes que funcionan bien deben ser fortalecid­as y nada justifica desaparece­rlas.

López Obrador puede todavía reconsider­ar y no diluir la PF en la Guardia Nacional

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