ESTUDIANTES Y RECURSOS
que los estudiantes de la UNAM no se enganchan para irse al extranjero por la falta de una segunda lengua y dinero.
Para que la UNAM pudiera lanzarse a las metas que ha alcanzado, necesitaba recursos económicos que, desde mi punto de vista, no han sido correspondientes al esfuerzo institucional. Y, no obstante, dentro de las lógicas distributivas del presupuesto educativo hemos contado con recursos que se han utilizado bien, para atender algunas necesidades de las que ha traído el crecimiento reciente (e.g. 53 carreras nuevas entre 2000 y 2018).
En general, el presupuesto de egresos de las universidades publicas, en términos reales, ha aumentado en los últimos cuatro años. Actualmente, ninguna institución pública espera un subsidio menor, en 2019, del que ha tenido antes. Ademas,esdeseablequeseresuelva lacrisisfinancieradeunadecenade universidades.ElConsejoUniversitario de la UNAM ya ha hecho un exhorto al nuevo gobierno para que se otorgue un crecimiento significativo en el presupuesto de 2019 al sistema de educación superior.
En la UNAM, también se ha fortalecido la gestión de los recursos para obtener ingresos extraordinarios, que son muy importantes para ayudar a financiar ciencia básica, nuevos proyectos docentes que proponen los académicos e imprevistos. Ademas, es relevante dar a conocer que entre 2015 y 2018, hubo una reducción de los gastos enlaparteadministrativa,de5a4.6 por ciento del total del presupuesto.
Recibir más recursos permitiría una mejora sustancial de las instalaciones, más tecnologías en el aula y mejor atención a los estudiantes. Cabe mencionar que los recursos que gasta la Universidad son auditados interna y externamente, como parte de la política de rendición de cuentas.
Finalmente, los universitarios esperamos que se avance académicamente, porque la demanda por conocimiento científico va a aumentar considerablemente, que se avance en la equidad de género y en el combate a la violencia.
También, estamos expectantes de que el próximo gobierno ponga una nueva agenda financiera, y que se eleven los recursos para las universidades públicas, que son las que atienden a una parte mayoritaria de estudiantes. Son las que dotan de sentido a los jóvenes para el futuro, las que imbuyen el “hábito de la utopía”.