El presidente, el fiscal y los rusos
Es difícil acompañar el día a día de la investigación que encabeza el fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en la elección presidencial de 2016 y la posible colusión entre la campaña de Trump y Moscú, pero las últimas 48 horas representan un punto de inflexión en esta larga trama.
Michael Cohen, quien fuera abogado personal de Donald Trump durante años, fue sentenciado ayer a tres años de prisión por un juez federal en el distrito sur de Nueva York por mentir ante el Congreso estadunidense para ocultar un negocio de la Organización Trump en Rusia y por haber comprado el silencio de mujeres que alegan haber mantenido relaciones sexuales con Donald Trump con la intención criminal de proteger las aspiraciones presidenciales de su jefe.
Cohen no es la única figura cercana a Trump que ocultó sus contactos en Moscú. Hasta hoy, la investigación de Mueller ha identificado al menos 16 miembros del primer círculo presidencial en la misma situación.
Desde miembros de la familia Trump hasta su ex asesor de Seguridad Nacional y el ex director de la campaña quien también enfrenta la posibilidad de terminar tras las rejas por varios delitos. A esta lista hay que sumar 25 ciudadanos rusos y cinco organizaciones acusadas por Mueller de interferir en la elección.
Uno a uno, aliados y confidentes de Trump han abandonado su lealtad con el presidente para cooperar con la investigación de Mueller y tratar así de salvar su propio pellejo. Trump aparece cada vez más solo y más vulnerable.
Durante todo este tiempo, Trump se ha mostrado inmune a las consecuencias políticas de sus acciones, pero el trabajo de Mueller lo tiene ahora contra la pared y ante la posibilidad cada vez más real de enfrentar las consecuencias legales de sus actos.
En el congreso la mayoría demócrata comienza a explorar rutas para llevar al presidente ante la justicia.
Los murmullos sobre la posibilidad de un juicio político se han convertido en discusiones a todo pulmón en televisión nacional.
El trabajo de Mueller tiene ahora a Trump contra la pared