Respaldo popular al huachicol
Por mucho, el tema político y familiar que está en boca de todos es el de la gasolina y el problema de su distribución. Lo importante es que crece el apoyo social al combate al huachicoleo y a la corrupción relacionada, y a que se rectificó la política de cerrar ductos de distribución de hidrocarburos a escala nacional, y a que comenzó la descarga de buques con gasolina y diésel de importación.
No ha sido ni será fácil enfrentar a la delincuencia organizada que se ocupa del robo de hidrocarburos ni convencer a esa minoría de la sociedad que apoya los ilícitos. Los enfrentamientos contra las fuerzas armadas y las policías estatales y municipales continúan, pero de ninguna manera hay que ceder.
El especialista español José Ignacio Montero publicó en el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) del Ministerio de Defensa de España un análisis sobre la “Expansión del robo de combustible en México: de actividad delictiva a fenómeno criminal”, donde recordó que “esta actividad se llevó a cabo en muchas ocasiones durante el periodo de la Revolución mexicana, pero hasta la actualidad no se había dado de una forma importante y sistemática”.
Planteó una razón más para combatir este problema: el de las inversiones. Comentó que en el último Informe del presidente Enrique Peña Nieto se estimaron inversiones en el sector petrolero por alrededor de 191 mil millones de dólares derivados de la reforma energética, y que es “imprescindible que los inversores se encuentren con seguridad jurídica y estabilidad política”.
Agregó que “las continuas acciones del crimen organizado y de las bandas de huachicoleros en relación al robo de combustible pueden transmitir a las potenciales empresas inversoras una sensación de inseguridad, que derive en una reducción de las inversiones que se tienen estimadas y por lógica, la reforma energética tendría menor impacto económica del esperado. Por ello, el combate contra este fenómeno criminal es crucial, por los trastornos que genera a nivel social y económico”.
Montero Vieira destacó el “notable respaldo popular” hacia los huachicoleros, y citó el caso de Puebla, donde el número de poblaciones afectadas por esos delincuentes creció de forma exponencial: en el año 2000 fueron nueve municipios afectados por el huachicol; en 2010 sumaron 12, en 2015 llegó la cifra a 23 y en 2017 alcanzó 67.
Otro elemento que aprovechó la delincuencia organizada, dijo el experto, es la “continua alza del precio de las gasolinas” que ya originó fuertes protestas. “Es evidente que los grupos del crimen organizado y de la delincuencia común han entendido que estas tensiones sociales pueden ser muy beneficiosas para ellos, ya que cuentan con la capacidad de sustraer el combustible y venderlo a la mitad del precio oficial o menos”.