“El caso de las ‘donaciones no donadas’ puede costar unos mil 47 mdp”
Nada ocurre dentro de Pemex sin que se sepa en tiempo real. Es la empresa con la tecnología más avanzada, y esto es entre las petroleras más importantes del mundo, que sabe exactamente qué pasa en cada una de las gasolineras a las que provee”.Lafraseesdeunempresariodeestesector,queinclusoviocómoejecutivosdefirmasinternacionales,quellegaronaMéxicoconlaaperturagasolinera,quedabanimpactadosporlasofisticación de la operación de Pemex.
Ayer publicamos con Thelma Gómez y Raúl Olmos, de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, una investigación en torno al uso de combustibles que Pemex donaba a 22 gobiernos estatales y a la Sedena, mismos de que hay sospechas que no terminaban en estas dependencias sino que se vendían al público, sin haber pagado por ella. En este caso, se trataba de cuatro de un grupo denominado Tecpex, y de otras tantas de la cadena Hidrosina, la segunda mayor clienta de combustible de Pemex. La cifra es menor en el mar de pérdidas que se calculan por el robo de gasolina a la paraestatal. Según cifras al cierre de 2018, el huachicol le generó pérdidas por 60 mil mdp. El caso de las ‘donaciones no donadas’ costarían unos mil 47 mdp anuales.
Pero sin duda es la muestra de que Pemex sí investigaba sus fugas, sabía dónde estaban las tomas clandestinas y en dónde descargaban su pipas. El tema es que no se tomaron nunca cartas en el asunto.
Sibienestecasoqueinvestigamosseprodujo en 2015, antes de la apertura del negocio gasolinero,sindudaestecambioenelsectorsirvepara entender la relación entre Pemex y la red de estaciones de servicios en todo el país.
En la empresa más grande de México, en su negocio de downstream nada se pierde y todo está monitoreado en tiempo real. Y no solo por la paraestatal sino también por Hacienda. Estos dos organismos saben lo que se despacha en volumen y en dinero en toda la enorme red de estaciones de servicio.
“No hace falta hacer ninguna investigación compleja, basta con entrar a la cuenta que cada uno tenemos en Pemex”, agrega el empresario.
En la jerga del sector, para vender una gasolinera los interesados piden “el pantallazo” de Pemex. Se trata de la captura de la página de cada unidad dentro de la intranet de www. comercialrefinacion.pemex.com (a la que cada uno accede con un número de clave independiente, como en su cuenta bancaria) y que muestra al instante el volumen de combustible vendido, los ingresos de esa estación de servicio y un historial de ventas promedio en diferentes rangos de tiempo.
“Este es uno de los negocios más vigilados del país”, agrega el directivo.
Lo cierto es que detrás de lo que parece solo una cuestión de robos, perforaciones o desvíos, hay una sofisticada red de información interna que funciona pero con datos oscuros que nadie ha denunciado.
Datos no faltan. ¿Voluntad?