La precaria fortaleza del peso
Me gustaría que me explicaran por qué está tan fuerte el peso. Sí, ya sé, la respuesta obvia es que existe confianza de los inversionistas internacionales en el país. De lo contrario habría menos inversionistas dispuestos a tener pesos en lugar de dólares.
Pero ¿qué tan justificada es la confianza de los mercados en el peso? Una serie de eventos recientes sugiere que deberíamos tener un tipo de cambio más castigado. Hasta arriba de la lista está la reducción de dos grados de inversión a la deuda de Pemex por parte de la calificadora Fitch. Lo que pasa con la deuda de Pemex puede afectar directamente la deuda del país. Fitch no solo dejó a la empresa productiva del Estado a un escalón de perder el grado de inversión —lo cual sería catastrófico—, también la puso en perspectiva negativa. En otras palabras, además de estar al borde del abismo, tiene un pie en el precipicio.
Después está nuestro bajo crecimiento económico. El último trimestre del año pasado la economía comenzó a desacelerarse y podemos esperar que este trimestre también sea complicado. El desabasto de gasolina provocado por la lucha contra el huachicol seguro tendrá un impacto negativo. Varios economistas ya revisaron a la baja sus proyecciones del año. Algunos incluso las redujeron a apenas 1%.
La inversión también se ha frenado. Esto es natural en cualquier cambio de sexenio. Pero en esta ocasión parece haberse agudizado por la cancelación del aeropuerto de Texcoco y el freno de las subastas petroleras. Además, en la iniciativa privada existe nerviosismo por el nuevo gobierno, lo que ha provocado que se pospongan inversiones.
Soy consciente que del otro lado de la balanza hay noticias que fortalecen al peso. La firma del T-MEC, que vino a sustituir al Tratado de Libre Comercio, generó optimismo. El presupuesto de AMLO fue bien recibido. Sin duda las altas tasas de interés que está pagando el Banco de México ayudan. En el frente externo también lo hacen la percepción de que la Federal Reserve no aumentará tasas y la debilidad del dólar frente a otras monedas.
Al final de cuentas, el valor del peso es el resultado de balancear los aspectos a su favor y en su contra. Por el momento el mercado le está dando más peso a los positivos. Pero el mercado es caprichoso y su apreciación puede cambiar en cualquier momento.
Los mercados son vistos por muchos como uno de los pocos contrapesos que tiene AMLO. Su presente beneplácito puede interpretarse como un voto de confianza a todas sus políticas, incluidas la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la construcción de una refinería en Tabasco y el impulso de una política energética nacionalista. Esto es un error. Que en estos momentos los inversionistas internacionales estén apoyando al peso por una serie de factores, algunos de ellos ajenos al país, no significa que lo seguirán haciendo en el futuro.
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