Milenio

Testigos de exitosa tarde por los 73 años

- OCTAVIO X. LAGUNES CIUDAD DE MÉXICO

Más de 30 mil personas se dieron cita al cumpleaños de nuestra querida Plaza México. Los cuatro espadas cortaron orejas. Ponce, rotundo, cortó dos y pinchó otra colosal faena. Luis David Adame, valiente y solvente, también cortó dos. Sergio Flores, con dos auriculare­s en la espuerta se mostró digno cumpliendo con su compromiso. Hermoso de Men- doza lució sobrio y elegante y solo cortó una. El juez Enrique Braun estuvo muy dadivoso

Con una casaca negra bordada en plata, abrió plaza Pablo Hermoso de Mendoza, quien lució con sus cabalgadur­as a la mínina distancia de los pitones del astado y clavando al estribo. Cuidando y midiendo mucho el castigo que le dio a sus dos toros que enfrentó. Con su primero pasó fatigas con las espadas y fue abron- cado; con su segundo estuvo a la misma altura destacando un par a dos manos. Acertó con el acero entero trasero para una oreja.

Ponce, eleganteme­nte vestido de azul turquesa y oro, se dio vuelo toreando con largura y rectitud y llegó a realizar en un par de ocasiones el pase de su creación, La Poncina. Media en buen sitio para recibir merecidame­nte dos orejas. Ante su segundo volvió a poner la plaza de cabeza con su finura y elegancia con unos remates dignos de una pintura de Ruano Llopis. Pegó unos largos muletazos con cambios de mano soberbios. Pinchó dos veces antes de una entera caída. Todo quedó en una vuelta al ruedo y una cariñosa ovación.

El tlaxcaltec­a Sergio Flores, ante su primero se vio bien de capa. Con la muleta le pudo a un animal que se quedó un tanto crudo y en ocasiones fue peli- groso. Su banderille­ro Gustavo Campos saludó en el tercio. Mató de entera desprendid­a y cortó una oreja. Con su segundo también alborotó la plaza al abandonars­e ante un toro que se dejó pegar muletazos de todo tipo. Al entrar a matarlo se cayó y no pudo vaciar el estoque. Luego metió una entera traserilla que tardó en doblar. Cortó otra oreja que a mucho público le pareció excesiva.

Luis David Adame realizó a su primero un buen quite por chicuelina­s. Con la muleta hilvanó buenas tandas de muletazos y al final fue cogido aparatosam­ente y al parecer lo hirió en la pierna izquierda, situación que conmovió al público y al juez y le otorgó dos orejas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico