Basta de simulación
El desastre nacional al que nos llevó el PRI, produjo una inmensa revuelta electoral. Más de la mitad de los electores votó esperanzadaporAndrésManuelLópezObrador para presidente y por Morena y sus aliados como diputados, senadores, gobernadores, diputados locales y alcaldes. No se debe olvidar esto nunca.
Tantoenlacampaña,comoenlosgobiernos encabezados por AMLO y sus partidarios de antes (PRD) y de ahora (Morena) se realizaron acciones de política subsidiaria, manteniendo el modelo neoliberal. Se realizóunapolíticaclientelar.Elaparatocorporativo se mantuvo. Surgieron nuevos ricos producto de la voracidad sin límite de burócratas de todos los niveles, muchos de ellos procedentes de antiguos grupúsculos y partidos de izquierda. Tanto el PRD como Morenaysusaliados,especialmentelosmaoistas salinistas del PT, reiteraron sus posiciones castristas y marxista-leninistas, en lo doctrinarioyenmateriadepolíticaexterior.
Todoloanteriorsehamantenidoenlaintegración del gabinete, en las declaraciones e iniciativas legislativas y políticas públicas, desde la toma de posesión del presidente López Obrador.
Es hora de entender que la imagen de la izquierda es casi monopolio de Morena y susaliadosenloquecorrespondeaMéxicoy a escala internacional los restos del naufragio del castrismo, el madurismo y los demás experimentos de gobiernos autonombrados nacionalistas y antiimperialistas en Iberoamérica,ademásdegrupos,partidosy tendencias herederas de partidos comunistasenEuropaOccidental,Mediterráneayla del Centro y Este. Sin olvidar que el gobierno de China está bajo la dirección monopólicadelPartidoComunista,lomismoocurre en Corea del Norte y Vietnam.
Enunapalabralaizquierda esesaylodemás es una fantasía.
En nuestra época, nuestro planeta y en México los sueños de cambio radical del mundocapitalistaparaconstruirunanueva sociedad libre, sin explotación, desigualdad ydefensoradelatierraycontrariaaladevastación ecológica requiere construir un nuevo proyecto libertario.
La izquierda es conservadora, cómplice de dictaduras criminales y del desprestigio de las viejas banderas rojas de poco más de un siglo y medio.
Es hora de decir “Adiós, Bandera Roja, Nuestra” con las palabras de Yevgueni Yevtushenko: Adiós, Bandera Roja nuestra. / Fuiste nuestro hermano y nuestro enemigo. / Fuiste el camarada del soldado en las trincheras, / fuiste la esperanza de la Europa cautiva.
Pero,comounacortinaroja,trasdetiocultabas al gulag / repleto de cadáveres helados. /¿Porquélohiciste,/BanderaRojanuestra?
Adiós, Bandera Roja Nuestra. / Acuéstate. / Reposa. / Recordaremos a todas las víctimas / engañadas por tu dulce susurro rojo / que sedujo a millones a seguirte como corderos / camino al matadero.
Pero te recordaremos / porque no fuiste tú menos engañada.
Adiós, Bandera Roja nuestra. / ¿Acaso fuiste sólo un trapo romántico? / Estás ensangrentada / y con nuestra sangre te arrancamos / de nuestras almas.
El desafío es inmenso. La tarea es sobre todo de los jóvenes. Nunca hay que ceder a los poderosos. Hoy más que nunca se requiere Asaltar el cielo.
La izquierda fracasó. Es hora de imaginar Otro camino. Sin Inquisiciones quemando herejes, acusándonos de traidores y renegados.
En recuerdo de Vicente Granados, un hombre elegante y consecuente