Cantos de esperanza y utopía
Herencia es una palabra clave en la vocación del cantautor Armando Chacha, nacido en Santiago Tuxtla, Veracruz, descendiente de una línea de jaraneros virtuosos. “Es una herencia que pasa por el aprendizaje de la identidad musical y tradicional en la que nazco —reflexiona—. A este impulso inicial en el seno de la familia y de mi pueblo, empieza un aprendizaje que no es solo técnico del instrumento, la guitarra, sino también desde la vida”.
Autodidacta, Armando dice que suformaciónestuvoaparejadopor su gusto por la literatura. Más allá de su formación profesional —es antropólogo— ha sido este gusto “porlapoesíayporlamúsicaloque me llevó a encontrarme en el dilema de construir mi propio universo sonoro, a tratar de definir lo que yo quería comunicar a través del sonido musical y el sonido musical de las palabras”.
Refiere que hacia los 17 años compuso su primera canción, lo que significó el “inicio de un proceso de aprendizaje y de retransformación de mi propio trabajo, de verlo, oírlo, sentirlo e ir buscando nuevos cauces a mi propia iniciativa creadora, que es un río incesante que descubre nuevas profundidades”.
Chacha destaca el hecho de vivir de la antropología —ha ocupado diversos cargos públicos—, así como de sus labores como promotor cultural, lo que le ha dado plena libertad en su desempeño como músico, lo que le ha posibilitado crear su propio lenguaje. “Nunca me he puesto en el camino del espectáculo o del éxito, lo que me ha permitido desarrollar una obra que comunique ideas, emociones, sensaciones y que