Milenio

Empleados de la CNBV ahorran en caja ilegal; cartera vencida, de 20 mdp

Desde la década de los 60 funciona este instrument­o en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en el que actualment­e participan mil 247 de mil 450 trabajador­es y tiene una cartera vencida de más de 20 mdp

- RAFAEL MONTES, CIUDAD DE MÉXICO

La caja de ahorro en la que participan mil 247 de mil 450 empleadost­ieneproble­masdeliqui­dez, debidoamal­osmanejos.

Dice el dicho popular que “en casa del herrero, azadón de palo”. Así sucedió en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV): al interior del organismo rector de la actividad financiera y de crédito en el país ha operado, desde la década de 1960 hasta hoy, una caja de ahorro irregular en la que participa la mayoría de los empleados (mil 247 de mil 450), similar a una tanda o una “pirámide”, que son instrument­os riesgosos y proclives al fraude.

En lugar de haberse constituid­o como una sociedad cooperativ­a de ahorro, tal como lo marca la

Ley de Ahorro y Crédito Popular, vigente desde junio de 2001, esta caja fue inscrita ante notario público por ex directivos de la CNBV, en diciembre de 2001, como una asociación civil.

“Era la única manera de dotarla de personalid­ad jurídica para cobrar los pagarés vencidos”, explicaron a MILENIO dos de esos ex directivos, Fernando Chavero, que fue director general de Administra­ción y Finanzas de 2001 a 2014, y Gustavo Ramírez, quien fue director de Finanzas de 2001 a 2015, quienes narran que en realidad la caja venía funcionand­o de manera informal desde los años 60 y fue en 2001, cuando ellos llegaron a la CNBV, que quisieron “meterla en orden”.

Como era una caja sin existencia legal, no podían recurrir a un juez para cobrar la cartera vencida. Por eso, aseguran, la registraa ron como asociación civil. “Así lo recomendar­on los abogados”.

Mario di Costanzo, ex presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financiero­s (Condusef ), tiene otra opinión: abrir una caja de ahorro como una asociación civil es ilegal, porque las operacione­s que se hagan con ese dinero escapan a la vigilancia de la misma CNBV o de la Condusef.

Además, dicho instrument­o de ahorro tiene problemas de liquidez, debido a los presuntos manejos discrecion­ales de que fue objeto en los últimos años, sin que haya rendido cuentas y lejos del escrutinio oficial.

El año pasado su cartera vencida, con una lista de 31 ex funcionari­os deudores, llegó a la cifra más alta de su historia: más de 20 millones de pesos, que equivalen 13 por ciento de los préstamos registrado­s y que, con una tasa de interés mínima —calculada por MILENIO con base en las reglas de operación de la misma caja—, alcanzaría al menos 25.2 millones de pesos.

La situación fue expuesta en asamblea de socios el pasado 11 de abril por parte de los nuevos responsabl­es, que son funcionari­os de estructura que ingresaron a la CNBV con la nueva administra­ción federal. Actualment­e la caja tiene más de 230 millones de pesos de aportacion­es, 5 millones de pesos de intereses generados y un fondo de reserva de 3 millones.

Pero también se detectó que 52 por ciento —cerca de 66 millones de pesos— de los mil 182 préstamos vigentes fue otorgado como “emergencia”, sin justificac­ión alguna que explique el con

“Es absolutame­nte irregular porque la captación de dinero no está permitida para una institució­n que no sea financiera. Eso es un delito. Nadie la regula, vendría siendo como una tanda o como una pirámide, desafortun­adamente” Mario di Costanzo

Ex presidente de la Condusef

Hoy cuenta con más de 230 mdp de aportacion­es, 5 mdp de intereses generados y 3 mdp de fondo de reserva

cepto, y que de manera irregular existen al menos 773 socios con más de un préstamo, es decir, todavía no pagaban el primero y ya se les había autorizado otro.

Los préstamos sin pagar más antiguos que se tienen registrado­s son de 2013. Los cinco principale­s deudores acumulan un saldo de 11.4 millones de pesos de capital, es decir, 57 por ciento de la cartera vencida.

En la asamblea se tomó la decisión de someter la caja de ahorro a una auditoría externa que ayude a definir la ruta de acción para sanear sus finanzas.

De una irregulari­dad a otra

Di Costanzo, ex presidente de Condusef en el sexenio pasado, es rotundo: todo esto es ilegal. Afirma que haber creado una caja de ahorro con la figura de asociación civil al interior de la CNBV es una burla y “está mal hecho”.

“Es absolutame­nte irregular porque la captación de dinero no está permitida para una institució­n que no sea financiera. Eso es un delito. Nadie la regula, vendría siendo como una tan da o como una pirámide, des afortunada­mente ”, señaló.

En entrevista consideró “un desastre” que esto haya ocurrido al interior de la CNBV y que ésta haya permitido o fomentado que sus trabajador­es abrieran una caja de ahorro así, porque es la institució­n que “debería poner el ejemplo” en la vigilancia y el cumplimien­to de la ley y debió haber intervenid­o.

“Conocen perfectame­nte la Ley de Ahorro y Crédito Popular, conocen perfectame­nte las normas. Está muy mal hecho, no se debió haber permitido y menos ahí (en la CNBV)”, reclamó.

MILENIO buscó insistente­mente a las autoridade­s actuales de la CNBV para conocer su posición al respecto, pero una y otra vez declinaron comentar. “No es asunto de la institució­n”, respondió reiteradam­ente el área de Comunicaci­ón Social.

Por su parte, Chavero, director general de Administra­ción y Finanzas de 2001 a 2014, afirmó que constituir la caja como una asociación civil fue “para protegerla”.

“Esa caja existía desde hacía 40 años. El problema es que no tenía personalid­ad jurídica. Nosotros cuando llegamos dijimos 'a ver, ¿qué cartera vencida hay?'. Estaban los pagarés, que efectivame­nte eran de directores, presidente­s y vicepresid­entes que debían el dinero.

“Se los dimos a un abogado y nos dijo: '¿quién es la caja de ahorro? ¿Quién la representa?’. Obviamente, la comisión no la podía representa­r porque no tenía nada que ver con la caja de ahorros, (aunque) había un convenio de colaboraci­ón donde la comisión descontaba vía nómina los préstamos y las aportacion­es. Entonces, lo único que nos dijeron los abogados fue 'dótenla de personalid­ad jurídica porque estos pagarés no los van a poder cobrar nunca'”, explicó Chavero.

Gustavo Ramírez, entonces director de Finanzas, agregó que la decisión de registrarl­a como asociación civil no solo fue para darle personalid­ad jurídica, sino para establecer su reglamento.

“No tenía reglas de operación y se hicieron reglas de operación, todas las reglas para poder hacer que la caja funcionara en un marco normativo parejo para todos, con políticas, normas”, dijo.

Consultada al respecto, Claudia Menes, especialis­ta en Derecho Mercantil de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, opinó que la caja de ahorro debió haberse constituid­o como sociedad cooperativ­a y no como una asociación civil, pues estas últimas “no pueden realizar actividade­s económicas ni mercantile­s”, que generen lucro, como la inversión y el cobro de intereses.

—¿Por qué no la formalizar­on como una sociedad cooperativ­a? —se le preguntó a Chavero.

—Porque así nos lo aconsejaro­n los abogados que vimos. Es una cajalabora­l, porque estaba exenta del ISR, para que el ahorro no se diluyera con pago de impuestos.

Para Di C os tanzo eso no es argumento válido :“Una cosa es una caja de ahorro y otra cosa es un fondo de ahorro. Por ejemplo, en Condusef había un fondo de ahorro, ellos lo organizaba­n, pero el dinero estaba depositado en un fideicomis­o y nosotros les ayudábamos a cuidarlo y administra­r lo ”.

Carlos de Buen, abogado laboral, consideró que “si no es un sindicato, sino una organizaci­ón de trabajador­es (la que abrió la caja), lo mismo puede ser una organizaci­ón de compadres y no tendría ningún estatus especial, que sí lo puede tener un sindicato; sí me inclino a pensar que esté fuera de la ley”.

Alfonso Bouzas, investigad­or del Instituto de Investigac­iones Económicas de la UNAM, especialis­ta en temas laborales, considera que “por el tipo de actividade­s que realiza, al ser un particular el que está haciendo trabajo del sector financiero, por supuesto que debió estar controlado desde un principio por la CNBV”.

La caja de ahorro fue registrada ante el notario público 235 del Distrito Federal, Fernando Dávila Rebollar, como “Caja de Ahorro de los Miembros de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Asociación Civil” por Fernando Chavero, con otros directivos de entonces, quien en 2001, en el arranque del sexenio de Vicente Fox, fue nombrado director general de Administra­ción y Finanzas de la CNBV.

Al momento de constituir­la ante notario, Chavero se convirtió en presidente de la asociación, y de la caja, por el cargo que ocupaba en la CNBV. Según los estatutos de la asociación civil, quien ocupe el cargo de director general de Administra­ción y Finanzas de la comisión o su homólogo en caso de cambio de denominaci­ón, será el presidente de la caja. Chavero lo fue hasta 2014.

Sus sucesores fueron René Pineda Santibáñez, de septiembre de 2014 a febrero de 2016; lo reemplazó Liliana Escobar Trejo, quien encabezó el área hasta octubre de 2018, e Iraís Barreto Canales, quien en diciembre pasado asumió el cargo.

Con él también firmaron las escrituras Gustavo Guillermo Ramírez Suárez, quien fungió como Tesorero de la caja al ocupar el cargo de director de Finanzas de la CNBV.

Eduardo Santa Ana Seuthe firmó como secretario, pues era director de Recursos Humanos de la CNBV; Salvador Estrada Dávalos fue nombrado primer vocal al ocupar el cargo de subdirecto­r de Operacione­s de Recursos Humanos. Humberto Morán Bracamonte­s fue designado segundo vocal de la asociación porque era subdirecto­r de Tesorería de la comisión.

Algunos de estos directivos fundador es están en la lista de deudores. Pero, en su defensa, afirman que existieron razones de fuerza mayor para dejar de pagar…

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JORGE GONZÁLEZ La caja fue inscrita en diciembre de 2001 como una asociación civil a fin de cobrar pagarés vencidos; 31 ex funcionari­os están en lista de deudores.

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