Irán minimiza presencia naval de EU en el Pérsico
En sesión parlamentaria en Teherán, militares y legisladores indican que el movimiento de portaaviones ordenado por Trump solo es “guerra psicológica”
Los Guardianes de la Revolución de Irán restaron importancia al despliegue militar de Estados Unidos en el golfo Pérsico, asegurando que ven improbable una guerra y que, en caso de ataque, tienen la capacidad de responder con firmeza.
El comandante de la División Aeroespacial de los Guardianes, Amir Ali Hayizadé, aludió a que la flota y las bases militares estadunidenses en la región están al alcance de los misiles de este cuerpo militar iraní de elite, designado grupo terrorista por Washington el mes pasado.
“Son vulnerables”, dijo Hayizadé a la agencia ISNA, quien explicó que los misiles iraníes tienen la capacidad de impactar en los buques estadunidenses desde una distancia de 300 kilómetros y los más modernos, de hasta 700 kilómetros.
El Departamento de Defensa de EU anunció este viernes que reforzará sus tropas desplegadas en Medio Oriente con el buque de asalto anfibio USS Arlington y misiles Patriot, en el marco de su estrategia para hacer frente a la creciente tensión con Irán.
Tanto el buque como los misiles forman parte de la misma operación que llevó a Washington a mandar al golfo Pérsico al portaaviones USS Abraham Lincoln, que junto a su flota de combate, atravesó el canal de Suez este jueves.
Sobre el portaaviones, el comandante de la Guardia Revolucionaria indicó que este aparato, con al menos 40 o 50 aviones y unos seis mil soldados, "en el pasado era una seria amenaza pero ahora se ha convertido en una oportunidad".
La situación en el golfo Pérsico fue el centro de debate ayer de una sesión a puerta cerrada del Parlamento iraní, en la que compareció el comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salamí.
Basándose en “análisis estratégicos y de campo”, Salamí informó a los diputados de que “no se avecina una guerra” con EU, según comentó al término de la sesión el presidente de la comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento, Heshmatolah Falahatpisheh.
"Solo están librando una guerra psicológica y están tratando de combinarla con las sanciones y las presiones económicas", dijo Falahatpisheh, citando a Salamí.
En la sesión, el comandante en jefe de los Guardianes también aseguró que si EU inicia una guerra contra Irán “sus intereses estarían en peligro”, por lo que –vaticinó– "no podría terminar esa confrontación”.
La tensión en el golfo Pérsico ha aumentado desde que EU decidiera el mes pasado no renovar las exenciones a la compra de petróleo iraní otorgadas a ocho países y designar a los Guardianes de la Revolución grupo terrorista.
En reciprocidad, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán también declaró grupo terrorista a las tropas de EU desplegadas en Medio oriente bajo el mando del Centcom.
Pese a todo, EU parece que tampoco está dispuesto por ahora a iniciar una guerra.
“EU no busca un conflicto con Irán, pero estamos preparados y listos para defender a las fuerzas e intereses estadunidenses en la región”, señaló el Pentágono hace tres días.
Sin embargo, la hostilidad hacia Irán del gobierno de Donald Trump es clara, promovida principalmente por el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, partidarios de la línea dura.
El presidente iraní, Hasan Rohaní, anunció el miércoles pasado que Irán suspende la aplicación de algunos de sus compromisos nucleares y dio un ultimátum de 60 días para que se garanticen las transacciones bancarias de Irán y sus exportaciones de petróleo.
El plazo fue dado al resto de firmantes del acuerdo nuclear de 2015 (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania), justo un año después de que EU se retirara del pacto y volviera a imponer sanciones a Irán.