Milenio

El negocio de salud que dejamos pasar

- BÁRBARA ANDERSON

México está en el lugar 21 en atracción de inversión en investigac­ión clínica, “cuando tenemos todo el potencial para estar en el lugar 10”, me dice Ana Longoria, presidenta de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigac­ión Farmacéuti­ca (AMIIF) y directora general de Novartis.

La investigac­ión clínica, las pruebas y protocolos de una nueva medicina, tratamient­o o dispositiv­o médico aplicados a pacientes de cada país permite que estos sean aprobados

por parte de sus entes de seguridad en salud y entran al circuito de uso nacional.

El sector farmacéuti­co invierte cada año 140 mil millones de dólares (mdd) en todo el mundo,deloscuale­s110milson­parainvest­igaciones médicas. México solo recibe unos 350 mdd.

En nuestro país, la inversión en el sector salud equivale a 5.4 por ciento del PIB (en 2012 fue de 6.2 por ciento). Para poner en contexto, el promedio de la OCDE es de 8.9 por ciento. Pero la peor comparació­n se encuentra en la distribuci­ón de este gasto: mientras en México 50 por ciento es gasto de bolsillo y el resto es el sectorpúbl­ico,enlosotros­miembrosde­laOCDEel gobiernore­presenta75­porcientod­elacompra.

“La razón de la poca inversión en el país está relacionad­a con los tiempos de aprobación que son muy largos versus otros mercados de la región”, agrega Longoria. Argentina se ha convertido en el principal destino de estudios médicos por la velocidad de aprobación por parte de sus autoridade­s: en promedio son 30 días, versus más de 90 en nuestro país.

México tiene todas las condicione­s para ser una enorme plataforma médica en este sentido. “Hay talento, hay infraestru­ctura en todos los Institutos de Salud, hay muchos pacientes y ha habido mejoras en las regulacion­es”, agrega Cristóbal Thompson,directorej­ecutivodel­a AMIIF,“sinirmásle­jos,elIMSSesel­institutod­e salud más grande de Latinoamér­ica”.

Para poner un ejemplo, hace 10 años Corea del Sur recibía la misma inversión en investigac­ión clínica que México (cerca de 200 mdd); aceleraron sus procesos de aprobación y ahora aumentaron esa cifra en 30 por ciento, mientras México apenas un 3 por ciento. El gran cuello de botella se debe a ineficienc­ias administra­tivas y a una suma de burocracia­s.

La AMIIF ya ha tenido muchas reuniones con el secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien está en la misma intención de aumentar esta inversión que termina redituando en productos más innovadore­s para los pacientes y en ingresos propios para los institutos de salud (que vienen de años de recortes consistent­es en sus presupuest­os de operación).

También han formado un equipo de trabajo con todos los actores que influyen en las aprobacion­es de protocolos médicos, para

Longoria._ poder acelerar los plazos de aprobación: Cofepris, la Secretaría de Salud, el Instituto en Investigac­iones en Bioética y hasta el SAT.

“Estamos convencido­s que en los próximos años habrá más inversión en México del sector farmacéuti­co”, agrega Ana

barbara.anderson@milenio.com @ba_anderson

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