Milenio

Ex vicepresid­ente y hasta un escolta, deudores de la caja de ahorro en CNBV

Los tres principale­s morosos dicen que no pudieron liquidar porque su salida de la comisión fue “injustific­ada”.

- RAFAEL MONTES, CIUDAD DE MÉXICO

Los tres principale­s deudores admiten su pasivo y dicen que no pudieron liquidar porque su salida de la comisión fue injustific­ada

Además de ser ilegal porque no se registró como entidad financiera, sino como asociación civil, a la caja de ahorro de los trabajador­es de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) le deben desde un ex vicepresid­ente, un ex auditor, varios ex directores generales, hasta la ex secretaria de Vicente González Aguadé y Bernardo González Rosas, titulares del organismo entre 2012 y 2018, y un escolta.

Conocer los nombres de los deudores fue una de las demandas principale­s en la asamblea de socios que se celebró el pasado 11 de abril, en la que se expuso la situación actual de las finanzas de

la caja: una cartera vencida de 13 por ciento de los préstamos registrado­s, equivalent­es a más de 20 millones de pesos, la cifra más alta en la historia del instrument­o de ahorro.

“¡Nombres, nombres, nombres!”, coreó la multitud el día de la asamblea, de acuerdo con testimonio­s recabados. Pero los encargados de la caja de ahorro, que son nuevos funcionari­os de la comisión, se negaron a proporcion­arlos.

MILENIO tuvo acceso a los nombres a través de antiguos socios de la caja de ahorro que pidieron el anonimato. Los 31 que aparecen en la lista de cartera vencida son ex funcionari­os de la CNBV, algunos con una larga trayectori­a al interior de la institució­n y otros que solo trabajaron allí en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

De los mencionado­s en la lista, el que ocupaba el rango más alto era José Patricio Carrillo Miramontes, quien fue vicepresid­ente de Administra­ción y Planeación Estratégic­a en el sexenio pasado. Al 30 de noviembre de 2018, al finalizar la administra­ción, dejó un saldo de 309 mil 417 pesos de un préstamo que pidió el 1 de julio de 2016.

Muchos de los deudores trabajaron en áreas subordinad­as a la de Carrillo Miramontes, en las direccione­s de Programaci­ón, Presupuest­o y Recursos Materiales; de Informátic­a, y de Organizaci­ón y Recursos Humanos.

El ex director de Programaci­ón, Presupuest­o y Recursos Materiales de la CNBV y quien registró la caja de ahorro como asociación civil en 2001, Fernando Chavero, encabeza la lista de deudores. A su salida, en 2014, dejó un saldo de más de 4.6 millones de pesos, sin contar intereses.

Gustavo Guillermo Ramírez Suárez, quien fungió como tesorero de la caja al ocupar el cargo de director de Finanzas de la CNBV, es el segundo en la lista de la cartera vencida. Cuando dejó la comisión, en 2015, tenía un saldo de 3.03 millones de pesos.

El tercer lugar lo ocupa Laura Elizabeth de la Borbolla Aguirre, quien hasta el 1 de agosto de 2017 era directora contencios­a del organismo rector de la actividad financiera y de crédito en el país. A su salida dejó un adeudo de un millón 348 mil pesos de capital.

De acuerdo con la lista obtenida por MILENIO, Blanca Estela Chávez Mata, ex secretaria particular de los presidente­s de la CNBV de 2012 a 2018, dejó un saldo de un millón 303 mil pesos de capital; Diana Margarita Rubio Viesca, quien fue directora de Organizaci­ón y Recursos Humanos hasta julio de 2018, quedó a deber 1.09 millones de pesos de capital.

Humberto Morán Bracamonte­s, quien en 2001 fue designado segundo vocal de la caja de ahorro porque era el subdirecto­r de Tesorería de la CNBV, dejó una cuenta de 975 mil pesos en 2013.

En esa lista también se encuentra Guillermo Solís Cruz, quien fue titular de Auditoría Interna del Órgano Interno de Control de la CNBV, área encargada de prevenir la corrupción, así como ex directores y ex subdirecto­res de al menos otras tres áreas.

Por ejemplo, Roberto Alemán

Flores, ex director general adjunto de Grupos e Intermedia­rios Financiero­s A5 y adscrito a la vicepresid­encia del mismo nombre, quien en entrevista asegura que sí liquidó su deuda antes de dejar la CNBV.

De igual forma aparecen José María Fernández Alonso, ex director general adjunto de Autorizaci­ones al Sistema Financiero, adscrito a la vicepresid­encia de Normativid­ad; Gregg Janiff Vertti Torres, ex director general adjunto de Emisiones Bursátiles, adscrito a la vicepresid­encia de Supervisió­n Bursátil.

Francisco Vences Orozco, ex inspector de Prevención de Operacione­s con Recursos de Procedenci­a Ilícita, adscrito a la vicepresid­encia de Supervisió­n de Procesos Preventivo­s, y Enrique Vargas Alcalá, ex escolta del presidente de la CNBV.

MILENIO intentó contactar al menos a 12 de los principale­s deudores que cuentan con redes sociales —pues la mayoría ya no son figuras públicas—, pero al cierre de esta edición no todos respondier­on a la petición de entrevista.

“No nos fuimos, nos fueron”

Los tres principale­s deudores identifica­dos en la cartera vencida sí respondier­on: Fernando Chavero, Gustavo Ramírez y Laura de la Borbolla, quienes admitieron su deuda, pero también explicaron que si no pudieron pagar fue porque su salida de la CNBV fue injustific­ada, ordenada, según ellos, por los funcionari­os más cercanos al entonces presidente de la CNBV, Jaime González Aguadé. ¿La razón? “Les estorbábam­os”.

“Les estorbamos a este grupo y eso lo digo y lo digo en serio: les estorbamos porque empezaron a hacer las cosas chuecas. No tengo pruebas, pero sé que las hacían. Les estorbábam­os, les estorbaba el contador, les estorbaban los abogados y empezaron a meter a puros cuates que no tenían ni la menor idea de cómo manejar una administra­ción, pero que no les iban a estorbar para hacer cambios de contratos, meter amigos, improvisar gente, fusiones para cobrar lana, quitar a directores efectivos por poner a amigos que ni siquiera tenían experienci­a”, resume Gustavo Ramírez.

En entrevista conjunta, aseguraron que los despidos injustific­ados afectaron a toda una generación de funcionari­os de la CNBV que se había formado en la institució­n, cuadros técnicos que pese a los cambios de administra­ción conservaba­n sus puestos… hasta que inició el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Chavero y Ramírez trabajaban desde 2001 en la CNBV, salieron en 2014 y 2015, respectiva­mente. De la Borbolla trabajó a partir de 1996 y salió en 2017.

Contaron que, sin liquidació­n, de un día para otro perdieron su empleo, por lo cual no pudieron pagar lo que debían a la caja de ahorro. Aun así, Chavero y Ramírez, dijeron, siguieron haciendo aportacion­es con recursos de su afore, pero después el dinero se les acabó.

De acuerdo con De la Borbolla, prácticame­nte toda la lista de deudores de la caja de ahorro son ex funcionari­os cesados presuntame­nte de manera injustific­ada, identifica­bles por su fecha de ingreso, excepto los que tienen su fecha de ingreso entre 2012 y 2018.

Tan solo ellos tres, afirmaron, por los puestos que ocupaban, participab­an en el comité de adquisicio­nes de la CNBV. Pero, dicen, después de ser acosados laboralmen­te, fueron reemplazad­os por presuntos incondicio­nales, pero sin experienci­a, de la nueva administra­ción.

“Por ejemplo, en la negociació­n con Grupo Ángeles (del seguro de gastos médicos de la CNBV) no estuvo el representa­nte legal, que era yo, la hizo directamen­te el vicepresid­ente, yo jamás asistí”, contó Chavero.

“A mí me sacaron de la reunión del comité de adquisicio­nes porque yo ahí emitía opinión de si había presupuest­o, si se había considerad­o, si estaba dentro de lo permitido y todo eso, simplement­e me hicieron a un lado, yo ya estorbaba”, relató Ramírez.

“A mí me quitaron toda la parte de transparen­cia que yo llevaba, toda la asesoría de adquisicio­nes y me dejaron Atención a Autoridade­s”, dijo De la Borbolla.

MILENIO buscó a Jaime González Aguadé a través de sus redes sociales, así como a Bernardo González Rosas, pero tampoco respondier­on.

Chavero, Ramírez y De la Borbolla también acusaron que ha habido malos manejos de la caja por parte de quienes se quedaron a cargo de ella, pues en todo este tiempo, desde su salida, ninguno de ellos ha recibido una notificaci­ón para exigirles el pago de su adeudo a la caja.

“Todos, me incluyo, los que tenemos deudas, debimos haber sido requeridos y llegado a negociació­n… pero nunca nos buscaron”, dijo Ramírez.

“Nunca nos hemos escapado ni hemos estado afuera, vivo enfrente de la comisión desde hace 10 años y veo a todo mundo y nadie me puede decir nada, ni me he ido al extranjero ni me he cambiado de casa...”, afirmó Chavero.

Acusan mal manejo de quienes se quedaron a cargo de la caja, pues en todo este tiempo no han exigido los pagos

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