La Unión extorsiona en Santo Domingo
Disputa delincuencial. Comerciantes de diversos giros y hasta los vendedores de chicles son amedrentados y obligados a pagar $150 semanales por “protección”
Los comerciantes perdieron su tranquilidad en cuatro minutos: La Unión de Tepito llegó a la Plaza de Santo Domingo.
El cobro de piso ya se expandió a una de las zonas más emblemáticas de CdMx, en medio de los esfuerzos del gobierno por recuperar el Centro Histórico.
Fue a mediados de abril pasado cuando una célula de criminales integrada por cuatro jóvenes se presentó a cada local y puesto para pedirles 150 pesos semanales a cambio de “seguridad”. No se salvó nadie, les pidieron cuota a cafeterías, imprentas y hasta a los puestos de dulces.
Eran las dos de la tarde. Mientras los comerciantes vivían un día como cualquiera, los criminales, algunos de ellos adolescentes, llegaron: “Saludaban de mano a los encargados y de manera amable y cortés les explicaban que ya estaban en la zona y cada semana pasarían por su dinero”.
No hubo armas de por medio, pero sí amenazas veladas y la promesa de volver. Todo en cuatro minutos.
“Era seguridad para que no tuviéramos problemas con ningún cliente, si alguno no quería pagar o estaba borracho y no podíamos sacarlo, nada más les habláramos y ellos venían y también para que no nos pasara nada a nosotros, así nos dijeron”, explicó una de las víctimas.
Desde entonces, la plaza, rodeada por museos, edificios históricos e incluso la sede de la Secretaría de Educación Pública, no vive en paz.
Fueron al menos dos semanas de intranquilidad total. Los puestos de dulces prefirieron no salir a vender hasta la semana pasada y las imprentas que regularmente ponen música para trabajar, guardaron sus bocinas.
“Llegó primero un chavo adolescente, grandote pero adolescente y me dice: ‘Buenas tardes, ¿usted es el encargado? Nos mandaron para acá a pedir cooperación para la seguridad’”, relató.
Además de la extorsión, hubo en esos días un muerto, un detenido y una persecución, hasta que llegó un operativo de la Policía de Investigación, donde se detuvo a nueve personas presuntamente por narcomenudeo, pero el reporte original era una persona secuestrada.
Entre vecinos y comerciantes la sensación es que una vez que se hizo la primera advertencia ya no hay forma de detener la extorsión.
Rescate millonario
A inicios de la semana pasada, el gobierno de la ciudad anunció una inversión de 250 millones de pesos como parte del Plan Integral del Centro Histórico.
Esta iniciativa consiste se basa en tres ejes fundamentales: seguridad; colaboración estrecha con habitantes y comerciantes; y desarrollo urbano con apoyo de la inversión privada.
Además, para combatir delitos como la extorsión, se presentó la estrategia de 22 microcuadrantes con el fin de brindar una mayor seguridad.
Actualmente. los Perímetros A y B del Centro Histórico cuentan con 12 cuadrantes, con mil 230 policías auxiliares, 10 motocicletas y 12 patrullas, divididos en dos turnos, sin incluir apoyos especiales.
Con este esquema, las autoridades esperan reducir y combatir la incidencia delictiva común, así como eliminar la presencia del crimen organizado que ha asolado la zona desde hace más de dos años pero que ha arreciado su actividad en el último año.
El enfrentamiento
El Consejo Ciudadano de Seguridad tiene detectado que desde 2018 a la fecha hay una disputa entre grupos criminales por controlar el territorio de la plaza de Santo Domingo y sus alrededores, lo que ha provocado la comisión de delitos, como la extorsión.
De acuerdo con informes del Consejo, 19 de cada 100 habitantes o comerciantes de la zona que han sido extorsionados, han sufrido este delito de manera presencial en sus casas o negocios.
“Hay una presencia de grupos delictivos que se están disputando el territorio y uno de los bloques en los que participan es precisamente el código postal donde está la plaza de Santo Domingo y en la propia plaza hay una disputa de organizaciones delictivas de diferentes niveles que van marcando su territorio con diversas prácticas delictivas”, señalan informes.
Con información de: Eduardo de la Rosa y Cinthya Stettin