Nuevos milagros, aunque sin redentor
Jesucristo Súper Estrella es un musical que por fortuna ha tenido varias transformaciones sonorasyconceptuales.Setenteraymáslargaquelacuaresma,es la obra de Andrew Lloyd Webber a la que le urgía un update.
La última versión presentada en Londres, que anda de tour en EU, llega a México bajo la batuta de Alejandro Gou. Traducida por Julissa, su versión es excelente.
La historia sucede en un futuro postapocalíptico con vestuarios modernosytocatemascomoredes sociales,realidadvirtual,selfisysaturación de noticias amarillistas.
El elenco, elegido por Gou, es una estrategia de marketing y poneenpapelesprincipalesacantantes noventeros de pop que nunca han hecho teatro musical.
María José como María Magdalena se roba el show con su voz, igual que Kalimba y Leo de Lozanne, quien como Poncio Pilatos actúa y va más allá del canto. Erick Rubín, experimentado en el género, se lleva el primer crédito. Enrique Guzmán tiene el único númerocómicoyesexcelente.Yahirestá de adorno, solo tiene una estrofa.
Visualmente la producción es deprimermundo:escenariosmultimedia y proyecciones y videomappings creativos y hermosos. Pero una gran falla deja a uno con duda de si vio una buena obra o un concierto más de la Arena que de teatro: la elección de Beto Cuevas como Jesucristo es cero acertada.
No hay una pizca de empatía con su Jesús, porque Beto no actúa (tampoco María José, pero su voz le da gran ventaja); para el chileno, la obra es lo mismo que estar
Los papeles principales, a cantantes de pop. en un concierto de La Ley. No hay histrionismo,solounavozqueaveces desafina o parece estar a punto de entonar “sin dolor no te haces feliz”, queda la sensación de que la audiencia es conformada por fans, no por público sediento de teatro.
Otro problema: la organización del teatro. Cierran rejas del estacionamiento,dicenestarsinlugary hay 400 en los últimos pisos. La gente del teatro, sumamente grosera, mandan de un lado a otro retrasando media hora y cuando llegas, si ya empezó la obertura, no dejan pasar hasta 10 minutos después. Nunca me había pasado en una producción de Ocesa, jamás.
Ojo ahí, Alejandro. Felicidades por tu apuesta, pero hay muchas cosas que pulir.