Milenio

El Chapo tiene un pie en el Alcatraz de Colorado

La zona de los reos de alta peligrosid­ad es comparada con Guantánamo

- MELISSA DEL POZO DENVER

De Sinaloa, México, a Colorado, Estados Unidos, Joaquín El Chapo Guzmán, el narcotrafi­cante más peligroso de años recientes, puede ser transferid­o a la Prisión de Máxima Administra­tiva de EU, que se ubica en el complejo penitencia­rio federal en Florence, un pueblo a 177 kilómetros de Denver.

La conocida como el “Alcatraz de los rockies” o la “Supermax” opera desde 1994 y ningún reo ha podido escapar; la población más cercana es la del pueblo de Florence, con no más de 3 mil habitantes, en su mayoría veteranos de guerra o empleados del sistema carcelario.

El módulo H, el de los reos de máxima peligrosid­ad, tiene capacidad para 400 reclusos que pasan 23 horas en celdas individual­es de 2 por 3.5 metros. Cada una está equipada con una cama de loseta, un sanitario, una tarja y dos puertas reforzadas y contiguas que evitan el contacto con los guardias. La comida se les da a través de una rendija de la primer puerta, que no se abre hasta no cerrar la segunda.

Aquí purgan sentencia por terrorismo 34 reos, como Ramzi Yousef y Zacarias Moussaoui, considerad­os los “cerebros” de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en las Torres Gemelas de NY. Aquí también está preso Juvenal Palmera ex líder de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC).

Pero también están los enemigos de El Chapo, como Osiel Cárdenas ex líder del Cártel del Golfo y quien está aquí desde 2005. También purga una sentencia el ex líder del cártel de Tijuana, Francisco Javier Arellano Félix, capturado en 2006 y Miguel Caro Quintero fundador del cártel de sonora y hermano de Rafael Caro Quintero.

En este módulo, al que sería enviado Guzmán, a los reos se les aplican“medidas administra­tivas especiales”, mismas que organizaci­ones de derechos humanos califican como actos de tortura.

Entre 2005 y 2016, Aviva Stahl, una periodista en Nueva York, intercambi­ó una serie de cartas con diversos reos presos en el modulo H y sentenciad­os por actos terrorista­s.

Los presos denunciaro­n que los tratos en la cárcel eran iguales a las que ejercían en contra de ellos en Guantánamo, una de las prisiones donde se cometieron vejaciones contra presos.

En entrevista, Stahl dijo que varios de los reos con los que pudo intercambi­ar cartas fueron torturados y amenazados cuando intentaron ponerse en huelga de hambre.

“Muchos recurriero­n a huelgas de hambre, siendo la muerte su única forma de protestar y hacer ver al mundo lo que allá adentro pasa, pero hasta eso les impidieron, en cambio fueron sometidos a procesos de alimentaci­ón forzada”.

“Un equipo de fuerza –guardias preparados– van por el prisionero hasta su celda y lo arrastran fuera de su celda hasta un cuarto médico, donde son atados de piernas, pecho, brazos y hombros y son detenidos por dos guardias, hasta que están quietos, mientras otro infiltra un tubo por la nariz o la boca hasta el estómago”, relata.

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