“EU impone a México, de facto, la responsabilidad de conceder asilo”
El martes el presidente Donald Trump restringió el derecho al asilo a quienes crucen la frontera con México, con el fin de poner un dique adicional a los migrantes centroamericanos.
¿Por qué Trump adoptó esta medida tan drástica cuando México asumió el compromiso, sin precedente, de contener a los migrantes con el uso de la fuerza y dar resultados en 45 días?
La respuesta la sabremos el domingo en la reunión entre los secretarios Marcelo Ebrard y Mike Pompeo, un día antes de que se venza el plazo, el 22 de julio.
No parece ser una buena señal, a menos de cinco días de la reunión entre ambos secretarios, la restricción al asilo. ¿Trump estará insatisfecho de los esfuerzos realizados por México?
La medida unilateral de Estados Unidos, violatoria de la ley de asilo estadunidense y del derecho internacional, aunque ya ha sido impugnada por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), pone a México en una situación cada vez más difícil.
De sur a norte, la frontera con Estados Unidos se convirtió en una valla cerrada de contención, y en dirección inversa, una puerta abierta de expulsión.
Como resultado, día a día, se acumula de emigrantes la franja norte del país, que afecta a la soberanía y a la sociedad. Respecto a lo primero, porque el país vecino impone a México, de facto, no de jure, la responsabilidad de conceder asilo como de recibir a los migrantes devueltos, sin haber acuerdos bilaterales acordados por nuestro país.
Altera a la sociedad porque la creciente presencia de migrantes extranjeros en espera del asilo (unas 60 mil personas), más los que llegan para intentar cruzarla (más de 100 mil), impacta negativamente la vida cotidiana de las comunidad es mexicanas.
En abril, Consulta Mitofsky divulgó una encuesta en la que 60 por ciento está en desacuerdo en que México otorgue visas de trabajo a algunos mi grant es para que puedan permaneceren el país, mientras 35 por ciento sí está de acuerdo.
Ayer, Reforma y The Washington Post publicaron otro sondeo en el que 64 por ciento opinó que los inmigrantes son una carga para nuestro país porque ocupan los empleos y beneficios de los mexicanos, en tanto que 20 por ciento cree que fortalecen a nuestro país con su trabajo y habilidades.
Independientemente de la forma sesgada como está formulada la pregunta de la última encuesta, ambos resultados indican tendencia antiinmigrante en México, como lo he advertido en esta columna.
Se está sembrando la semilla para el nacimiento y crecimiento de un candidato populista xenófobo en la próxima elección presidencial, tal como ocurre en Estados Unidos, Europa y América Latina.
Mucho cuidado con incubar al Bolsonaro mexicano de 2024.
Hay que evitar dar trato preferencial a los migrantes extranjeros en detrimento de los mexicanos, lograr un equilibrio que sin dejar de prestarles ayuda solidaria, se proteja a los connacionales.
Para la población que trabaja día a día por sobrevivir, ese sentimiento anti inmigrante es explicable que sur ja cuando _ sabe que a los centro americanos devueltos se les ofrece trabajo, salud y educación, como consecuencia de las presiones estadunidenses, y a los mexicanos deportados, nada.
A los extranjeros les esperan nuevos albergues que se están construyendo entre Ti juan ay Rey nos aya los mexicanos expulsado s por Estados Unidos, la calle.
Al norte, la frontera con EU pasó a ser valla de contención; hacia el sur, una puerta de expulsión