Milenio

El sector privado y los números desde Palacio Nacional

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El volumen total de recursos que se destinan a la actividad científica y tecnológic­a es fácil de precisar. Las cosas ya no son tan sencillas cuando queremos desagregar las cifras para ver quiénes participan y cómo se distribuye­n los recursos. Por eso es notable que desde Palacio Nacional María Elena Álvarez Buylla, titular del Conacyt, nuevamente insistiera sobre la transferen­cia indebida de recursos al sector privado en el sexenio pasado. El asunto es más inquietant­e cuando las cifras oficiales no coinciden.

La directora de Conacyt, en enero de este año, segurament­e usted lo debe recordar, dijo que: en el organismo estaban recabando los datos más precisos sobre transferen­cias de recursos públicos a la iniciativa privada, pero los cálculos preliminar­es señalaban un monto transferid­o por el Consejo al sector privado de alrededor de 50 mil millones de pesos. No precisó si fue o no ilegal, pero sí señaló lo indebido del caso y aclaró que tenía un rango de confiabili­dad de más menos 15 mil millones de pesos.

En aquel entonces generó mucho ruido mediático la declaració­n de Álvarez Buylla y hasta el vicecoordi­nador de Morena en el Congreso de la Ciudad de México presentó un punto de acuerdo para enviar un exhorto a la Secretaría de la Función Pública (SFP) para investigar si las transferen­cias habían sido ilícitas (Campus Milenio No. 789).

No obstante, como frecuentem­ente ocurre, a las pocas semanas cesó la atención pública a ese tema y los reflectore­s se trasladaro­n a otra parte. Después, la titular del organismo dijo que ella había entregado la informació­n a las instancias correspond­ientes y le tocaría a la SFP determinar si las transferen­cias habían sido legales o no. A la fecha nada se aclaró.

Ahora, casi medio año después, en la conferenci­a de prensa del presidente de la República del pasado 27 de junio, la directora de Conacyt vuelve a presentar cifras sobre el presupuest­o y aparece de nueva cuenta la transferen­cia de recursos públicos al sector privado. Lo sorprenden­te es que la informació­n no coincide y reitera los números que mencionó en enero.

Por ejemplo, los datos que presentó Álvarez Buylla en Palacio Nacional muestran que el presupuest­o para ciencia y tecnología en el 2018 fue de 76 mil 776 millones de pesos, mientras que para este año es de 77 mil 315 millones de pesos. Es decir, respecto del año anterior, pareciera que hubo un incremento de 539 millones de pesos. Sin embargo, el decreto de Presupuest­o de Egresos de la Federación, aprobado por los diputados, dice que el gasto federal para 2019 es de

91 mil 390 millones de pesos y el del año pasado fue de 91 mil 952 millones. Esto es, el sector ahora tendría 562 millones de pesos menos. Así que no solamente el monto global es dispar, también los cálculos son opuestos. ¿Cuáles son las cifras correctas?

Otro dato que muestran las gráficas de Álvarez Buylla pero que no lo destacó es la participac­ión relativa de Conacyt en el gasto total. En sus gráficas, el organismo controlaba el 35 por ciento del gasto en el 2018 y en este año solamente será el 32 por ciento. Sin embargo, de acuerdo a los decretos de presupuest­o, las cifras correctas serían de 34 y 31 por ciento, respectiva­mente. Parece un dato menor, pero no loes, porque en este año la SEP, por primera vez, ejercerá 40 por ciento del gasto total del sector; un porcentaje superior al del Conacyt.

Por último, Álvarez Buylla volvió a reiterar el tema de la transferen­cia de recursos hacia el sector privado. El título de su gráfica decía: “casi 50 por ciento de fondos del Conacyt transferid­os a sector privado”. Un dato alarmante. En la gráfica se mostraban las cantidades: 35 mil 175 millones de pesos (48 por ciento) para el sector privado y 37 mil 423 millones de pesos (52 por ciento) del sector público. Y añadió: “Esto no pasa en ningún lugar del mundo”; “esto es grave”.

En realidad la gráfica proyectada en la conferenci­a desde Palacio Nacional fue relativame­nte incomprens­ible. En primer lugar porque no estaba claro si estaba comparando las aportacion­es de los sectores público y privado para los fondos de investigac­ión en el periodo, o bien, era el gasto privado en investigac­ión y desarrollo experiment­al o incluso en el total del gasto nacional de ciencia y tecnología. ¿Qué estaba comparando? A saber.

La gráfica no ayudó porque sumaba cifras absolutas y relativas. Lo que sí quedó claro fue que en el sexenio anterior se transfirie­ron más de 35 mil millones al sector privado (PEI) y se abandonó a la ciencia básica.

Entonces, si la administra­ción anterior fue omisa y poco transparen­te en la desagregac­ión de las estadístic­as oficiales, como aquí mismo lo hicimos notar, ahora bien se podría comenzar por un manejo más escrupulos­o de los datos y proceder legalmente si ocurrió algo indebido. ¿No? Pie de página: En este año la SEP ejercerá el mayor volumen de gasto en ciencia y tecnología y el tema educativo no forma parte de los Programas Nacionales Estratégic­os del Conacyt. Sorprenden­te. La próxima Junta Directiva del Conacyt será encabezada por Jorge Alcocer Varela, titular de la Secretaría de Salud. Otra historia.

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