¿Te la juegas?, Luis Miguel, la serie y más
El lunes pasado vivimos un relajo en la televisión abierta privada de este país porque Televisa y Tv Azteca le hicieron cambios muy importantes a su programación. En Azteca Uno, en su barra estelar de programas de entretenimiento, se estrenó ¿Te la juegas? con Luis G ar cía. En Las Estrellas, en el lugar que antes ocupaba la temporada dos de Sin miedo ala verdad, entró Luis Miguel, la serie del binomio Netflix- Tele mundo. Yen Canal 5, en la posición dela nueva temporada de Me caigo de la risa con Faisy. ¿Quién ganó? La rosa de Guadalupe. ¿Qué quiere decir esto? Que lo que la gente está buscando es certeza, estabilidad, orientación. Los tres productos que le acabo de mencionar son formidables .¿ Tela juegas? resultó ser una muy agradable sorpresa, no hay manera de no elogiar Luis Miguel, la serie y Me caigo de risa es un clásico. Punto. Vamos a ver qué pasa en los próximos días, cuando se calmen las aguas y cada programa de cada canal encuentre su camino. A mí lo que me preocupa es La rosa de Guadalupe. ¿Por qué? Porque a ojo de buen cubero se está abusando de las repeticiones y va a llegar un punto en que las audiencias, urgidas de la orientación de la que le escribía hace rato, se harten de no recibir ayuda para los conflictos del momento y huyan hacia otro lado. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Cuando algo funciona, hay que cuidarlo, impulsarlo, promoverlo, y siento que esta producción de Miguel Ángel Herros, a pesar de sus magníficos resultados, poco a poco se está convirtiendo en el patito feo de Televisa. Cuidado.
Casa de muñecas hoy
Mujeres: luchen por ir a ver Dream House los miércoles y jueves a La Teatrería. La temporada es muy corta, pero les juro que va a valer la pena. Van a encontrar el texto más perfecto para todas sus inquietudes y van a pasar un glorioso momento de teatro con esta historia llena de verdad.
Dream House habla exactamente de lo que muchos estamos padeciendo hoy: presiones, frustraciones, reputaciones, deudas, despidos, amenazas, internet, maltratos, correos electrónicos. Imposible ver aquello y no involucrarse con los personajes. Imposible estar ahí y no reír, no temblar, no pensar. Ver Dream House debe ser una obligación para miles de personas, desde las amas de casa más tradicionales hasta las chicas que están luchando, literalmente, por sus derechos.
¿Pero sabe usted qué es lo más admirable de esta puesta en escena? Que es una adaptación de Casa de muñecas de Henrik Ibsen, una de las obras más importantes de todos los tiempos. Xavier Villanova, el responsable de este texto, hizo un trabajo exquisito. Supo traer aquello a Ciudad de México, a este 2019, sin traicionar nada del original y servírselo en charola de plata a las nuevas generaciones. Qué gran trabajo y qué buenas actuaciones las de Carolina Gómez de Orozco (Nora), Alejandro Toledo (Torvaldo), Brenda Belaunzarán (Cristina), Oscar Sergio Serrano (Krogstad) y Rodrigo Cea Bonta (Rank). La directora es Lisha Montaño, quien debe sentirse poco menos que feliz con los resultados porque es de no creerse la recepción tan positiva del público. Le va a encantar. De veras que sí.
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