¡Tómense su chofitol, muchaches!
El otro día fui al PRD a ver qué decían los que todavía quedan en esa organización sobre posible desaparición a manos de Futuro 21, cualquier cosa que eso signifique. No solo encontré una absoluta negación sino que adolecen de lo que se puede notar en cualquier manifestación opositora como la del día de ayer que fue menos nutrida que cualquier fila para la barbacha dominical con consomé
incluido: resentimiento, puras tripas y nada de corazón contra la Cuarta transformeichon que puebla sus pesadillas y alimenta sus odios.
En cuanto me apersoné con un camarógrafo en las viejas oficinas de Benjamín Franklin que se ven tan decadentes como el partido mismo, aparecieron diligentes abogados para explicarme que debido a las leyes de transparencia, simplemente no podían ser transparentes.
Ya luego fueron apareciendo algunos perredistas para explicar que no solo no iban a desaparecer sino que estaban mejor que nunca y que, en resumen, lucharían —siempre con los ojos inyectados y al borde de la salivación— que su venganza será terrible contra AMLO, que es un miserable, un canalla y un mal mexicano. Lo mismo que dicen priistas y panistas y el resto de la chiquillada que hiperventila mientras escuchan con fruición las mañaneras, para luego manifestar sus enconos en las redes sociales con los dientes apretados.
Lo mejor es cuando esa oposición tan admirable y beatífica
jairo.calixto@milenio.com @jairocalixto
Pasó un año, era como para que ya se hubieran lamido las heridas, tomado una terapia
arma su muy chafa circo de tres pistas de fake news, no news. Cabe reconocer que hay cosas que parecen más o menos elaboradas como lo del supuesto ex enfermero que vio morir por falta de medicamentos a niños por decenas, todo mientrasseledesorbitabanlosoclayoscomounmalimitador de Anabelle, la muñeca diabólica. Fue buena jugada, un poco teatral, pero tristemente fallida para afectar el informe.
Un informe con sus luces y sombras que invita a hacer un corte de caja serio para no repetir errores ni dejar cabos sueltosnitonteríascomoesadeponerun letrero del “Tercer informe de gobierno” nimuchomenosesascosasdeconfundir la austeridad republicana con el cuentachilismo extremo.
Como quiera que sea ya pasó un año, era como para que ya se hubieran lamido las heridas, tomado una terapia de superación personal, o cuando menos un curso de constelaciones, algo para empezar a enfrentar ese Edipo mal resuelto que por lo visto nomás no los deja.
¡Tómense su chofitol, muchaches!