Metales pesados en río Atoyac: el lado oscuro de la mezclilla
Una fábrica pinta de azul marino el río Xochiac. Las aguas provenientes de la lavandería de mezclilla salen desde un tubo subterráneo hasta vaciar sus desechos en el afluente del río Atoyac. El intenso olor a químicos se cuela por debajo del puente Xochiatl y alcanza a percibirse en la carretera federal México- Puebla, a la altura del municipio de Huejotzingo.
Siguiendo la ribera del río aparece Ecotérmica de Oriente, un depósito de desechos hospitalarios biológico-infecciosos. La entrada al parque industrial Quetzalcóatl, que alberga empresas refresqueras, automotrices y procesadoras de alimentos, está pocos metros adelante. Allí, entre campos de cultivo e industrias, el río Xochiac desprende espuma. El color azul mezclilla se torna gris opaco. México es el segundo exportador de jeans a Estados Unidos.
Un sinfín de estudios realizados por autoridades, universidades y organizaciones de la sociedad civil documentan que en los cauces del Alto Atoyac corren heces fecales, metales pesados, desechos químicos y compuestos cancerígenos, por encima de los límites permisibles.
En julio de 2008, en la “Evaluación del riego sanitario ambiental de las zonas aledañas al río Atoyac”, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) identificó la presencia de 43 compuestos tóxicos en el cauce, provenientes de las descargas industriales. La autoridad registró cancerígenos como el benceno, arsénico, cadmio y aluminio. Sobre los riesgos
Esta investigación forma parte de “La corrupción en el sector agua”
sanitarios para los habitantes de la región, Conagua solo mencionó las enfermedades infecciosas intestinales.
“Se supone que las industrias deberían de tener sus propias plantas de tratamiento de aguas residuales, pero son meramente simulación, elefantes blancos que no operan porque es una in