El alimento de la desestabilización
La experiencia cotidiana de cualquier capitalino está mediada por noticias que muestran una descomunal ola de inseguridad entre robos, asaltos y selectivos asesinatos, estos últimos producto de los ajustes de cuentas entre organizaciones delictivas por el control del territorio. La violencia es la noticia que ocupa una parte importante de la agenda mediática en medios tradicionales y digitales ayudando a conformar una sociedad permanentemente mediatizada y a la vez, como efecto colateral, generando procesos para influir sobre los temas que son prioritarios para la ciudadanía.
En las últimas semanas las situaciones de crisis se han incrementado en la capital con una marcada presencia de violencia disfrazada de protesta social exhibiendo que, como manifestación humana, la violencia es uno de los fenómenos cotidianos que más están contribuyendo al deterioro de la calidad de vida de los capitalinos.
En un ejercicio simple de prospectiva y análisis para anticiparse al futuro (sin restarle importancia al presente) es innegable el surgimiento de un fenómeno social que se hace presente ya en cada manifestación o marcha en Ciudad de México; nutridos grupos de personas con el rostro cubierto vandalizando todo a su paso actuando con absoluta impunidad frente a la autoridad en actos contra la ley y por encima de la ley.
La narrativa de las autoridades sobre la tolerancia contra hechos vandálicos y evitar investigarlos por temor a pisotear el discurso de no criminalizar la protesta es un camino minado. La certidumbre pasa por un estado de derecho, por la legalidad y la irrestricta aplicación de la ley. Sin consecuencias se fomenta la impunidad. Aunado al desorden, la evidente descoordinación, la ambigüedad en las instrucciones en la cadena de mando en materia de seguridad y procuración de justicia, el escenario integral es alarmante.
Sin claridad en la estrategia y protocolos para evitar atropellos y abusos en las múltiples marchas se está alimentando esa sombra desestabilizadora que terminará modificando la relación ciudadanoautoridad, los paradigmas del actual gobierno y haciendo implosión.
Que alguien anote que la indecisión es la peor decisión.
Cada vez se ve con más frecuencia la vandalización impune