Discovery: 25 años
Pocas marcas se han ganado tanto nuestra fidelidad, admiración y respeto como Discovery. Estos genios de comunicación cambiaron la historia de la televisión mundial como no lo ha hecho nadie más. ¿Por qué? Porque mientras que otras corporaciones igual de poderosas apostaron por la calidad en los contenidos dramatizados o en la parte de la distribución, Discovery apostó por la inteligencia.
Yo no sé si usted lo alcance a apreciar, pero antes de que este ejército de mujeres y de hombres comenzara a trabajar por sus anunciantes y por nosotros, toda esta parte de la industria solo era manejada bien y de tiempo completo por algunos medios públicos. Se suponía que la inteligencia no vendía, que no era capaz de convocar a las multitudes, que era aburrida. Discovery consiguió lo que nadie más había podido: demostrar que la inteligencia también vende, que también puede tener éxito, que también puede ser divertida. El mundo está en deuda con Discovery y seguramente su familia, como la mía, también.
Cierre lo ojos y haga memoria. ¿Cuándo fue la primera vez que vio un contenido de Discovery? ¿Con quién estaba en ese momento? ¿Qué fue lo que aprendió? ¿Ahora entiende la importancia de esta enorme compañía en nuestras vidas? La lista de programas, de temas, de recuerdos, es tan grande como la cantidad de canales que la misma corporación Discovery ha ido generando con el paso de los años para confirmar su compromiso con las audiencias de los cables y las antenas directas al hogar. Discovery tiene un lugar de honor en nuestros hogares, en nuestro imaginario colectivo. Y eso que no me he metido con sus aportaciones sociales, con sus producciones por y para México. Sí estamos ante algo grande. ¿Por qué le estoy escribiendo esto? Porque Discovery está celebrando 25 años con nosotros los mexicanos, los latinoamericanos.
No es un aniversario cualquiera. Es un cuarto de siglo. Ya podemos hablar de varias generaciones de mexicanos unidos por esta marca, de gente buena que se la ha pasado increíble al mismo tiempo que ha nutrido su alma y su cerebro mirando esta señal, estas señales. Digamos juntos: ¡Feliz cumpleaños, Discovery! ¡Gracias por todo lo que nos has dado desde 1994! ¡Gracias por ser quien eres! ¡Vamos por más!
Nacha Guevara
El sábado pasado fui testigo de un acto de amor, del espectáculo Na chaGue vara, vuelvo en el magnífico Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Esta grandiosa estrella internacional, a quien seguramente usted acaba de ver en Monterrey o en Guadalajara, no dio un concierto. Con una humildad admirable se paró en el escenario a darnos las gracias a quienes la hemos adorado desde siempre y le dio cuatro vueltas en el aire a los lugares comunes y creó, creó magia, creó amor. Ese público que de manera espontánea le cantó “Las Mañanitas” no me dejará mentir. ¡Qué experiencia tan más divina! Hace tanto que yo no veía a alguien de ese tamaño dar las gracias, hace tanto que yo no sentía todo ese _ amor, que hubiera sido imperdonable que hoy no aprovechara este espacio para compartir con usted este acontecimiento sublime. Eres grande, Nacha. Vuelve pronto. Vuelve más.