No hay olvido, José José
México y parte del mundo están llorando y cantando. Ahora descansa Príncipe, lo mereces
La gente sí está triste. La partida de José José es el fin de una era en la que él fue y será El Príncipe por siempre. El Príncipe de un reinado que nació de manera espontánea, sí quizá a partir de una canción, pero que en realidad es la expresión de agradecimiento de tantas millones de personas por esas interpretaciones extraordinarias.
Tal vez por muchos años lo dimos por hecho, pero que ahora sabemos que la manera de cantar de este hombre trascendió toda ideología, condición social e incluso, género musical. El domingo amaneció con lluvia en gran parte de Ciudad de México, como si la mañana hubiese absorbido todas esas canciones que se cantaron a modo de homenaje sentido y espontáneo por todos lados.
Al salir a mi puesto de revistas más cercano, vi a la señora llorando, escuchando precisamente “La nave del olvido”, mientras todas las publicaciones del día mostraban imágenes enormes y conmovedoras rindiendo tributo al hombre que, como comentaba una buena amiga, “no solo era un gran músico, sino que fue un enorme amigo en cada una de nuestras fiestas”. Compré mi periódico, le pregunté si estaba bien y me abrazó, saboreando su dolor entre lágrimas bastante contagiosas. Créanme, eso nunca había pasado antes. Todos tenemos historias, corazones rotos o momentos de nuestras vidas donde esa voz está tan presente en nuestras memorias como los hechos en sí. Tal vez una de las cosas más profundas que México y otro buen pedazo del mundo está llorando y cantando hoy, es el hecho de que la vida de este príncipe en particular, fue todo menos un cuento de hadas. Sabemos todo lo que sufrió, sobre sus fracturas personales, de salud y familiares, demasiado bien.
Y aunque, como gran artista que fue, todo eso acabó apareciendo en sus interpretaciones y genialidad, también le hizo pagar un precio demasiado alto, por demasiados años. Cuando alguien de ese calibre nos deja, usualmente hay detractores. Y si bien los tiempos políticamente correctos harían que cualquiera que expresara cualquier cosa negativa sobre José José en un foro público fuera acribillado, la verdad es que no sé de nadie, por lo menos de más de 20 años, que no se supiera y cantara muchas de los temas que él hizo éxitos, elevándolas hasta un punto donde tantas veces acabábamos preguntándonos cómo es que ese hombre sabía tanto respecto a nuestro propio dolor.
No sé de detractores reales del artista. En mi caso nunca podré olvidar la primera vez que sabíamos que había perdido su voz, fuimos a verlo a un centro nocturno en San Jerónimo y fuimos testigos de cómo seguía luchando por mantenerse íntegro sobre ese escenario, su rostro iluminándose cuando al fin encontraba esas notas tan únicas de él. Y recuerdo aún más cómo todos nos poníamos de píe para cantar con él, _ aplaudiendo por horas. Era sin duda, un aplauso para el amor. El Príncipe sin esa corona. Una que nunca necesitó. Ha muerto el príncipe … y me parece imposible pensar en que alguien pueda postrarse en ese trono nunca más. No habrá olvido, querido José José. Ahora descansa, lo mereces.